A la Administración norteamericana, por su ineficacia en paliar los efectos del “Katrina”

Viendo las imágenes que llegan desde Nueva Orleáns, cualquiera pensaría que se trata de un país del Tercer Mundo asolado por la catástrofe, y uno de la primera potencia mundial. Por eso, extraña enormemente la incapacidad de las autoridades norteamericanas de prever el desastre, pero más aún su ineficacia en combatir las consecuencias. Miles de muertos, desabastecimientos de productos de primera necesidad, falta de gasolina, riesgos graves para la salud en los próximos días, colas para recibir alimentos... son escenas que deberían poner colorados a los responsables de la Administración. Guindilla con las aguas hasta la cintura.