A Conde Pumpido y los magistrados que –siguiendo sus criterios- eliminan el primer obstáculo para que Otegi pueda presentarse a las elecciones

Arnaldo Otegi va dando pasos firmes hacia otra posible cita electoral… de la mano del Gobierno. En el día de ayer conocíamos la suspensión por tres años dictada por el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco de la sentencia que le condena a un año de prisión por injurias al Rey. Ahora al líder batasuno le resta salvar el escollo de la suspensión hasta 2008 de las actividades de Batasuna (con cualquiera de las siglas que se presente), dictada por el magistrado Grande Marlaska. Mientras esto ocurre, los ciudadanos de a pie siguen acudiendo a la Justicia para ser condenados o absueltos en arreglo al código penal. Ese mismo código adquiere aquí nuevo matices tras las indicaciones expresas del Fiscal General del Estado y el alto el fuego de ETA. Por lo pronto, un individuo al que no se le ha escuchado aún una palabra de condena al terrorismo, comienza a ver despejado su camino hacia una cita electoral en ciernes. Guindilla a un fiscal y varios magistrados imprudentes, cuando menos.