A Daniel Gavela, director general de Cuatro, que pierde la compostura al atender a los medios que quieren simplemente contrastar noticias

Seguir las pautas establecidas por la profesión periodística cuando se trata de confirmar o desmentir una noticia también puede ser ocasión de recibir un desplante o una mala respuesta. Resulta curioso que si el periodista cumple con su cometido, descuelga el teléfono, describe a la secretaria correspondiente el tema por el que se llama y espera pacientemente el parecer del interesado antes de decidir si seguir adelante con un tema y publicarlo o no, la respuesta sean las malas formas, la ofensa y el desplante chulesco. Esto es lo que sucedió ayer en la redacción de El Confidencial Digital cuando se llamó por teléfono al director general de Cuatro, Daniel Gavela. El directivo perdió las formas y mandó, a través de persona interpuesta, un mensaje impublicable. ¿Quiere esto decir, señor Gavela, que los periodistas sólo deben llamarle cuando dispongan de información loable sobre su persona o empresa o, en caso contrario, montará en cólera? Un curioso modo de entender la profesión. Pueden ir tomando buena nota los profesionales de la cadena a los que dirige.

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