Al ministro de Defensa, José Antonio Alonso, por su desconcertante gestión de la crisis de la Guardia Civil: un asunto delicadísimo

El ministro de Defensa no está a la altura de la delicada crisis que atraviesa la Benemérita. Para empezar, ha lanzado a la opinión pública mensajes contradictorios y cuando la cosa se ha enredado, ha recurrido a lo más sencillo: culpar a los medios. Juzguen ustedes. Alonso aseguró hace dos días que no le constaba que los guardias civiles que se manifestaron uniformados en Madrid cometieran “algún tipo de ilegalidad”. Rubalcaba le enmendó la plana y el titular de Defensa ha salido diciendo después que con su declaración no pretendía prejuzgar los hechos y que cuando se pronunció, los desconocía de manera oficial. Hay un tercer capítulo. Ahora Alonso dice, finalmente, que sus palabras sobre la manifestación se malinterpretaron y subraya que los guardias civiles no pueden concentrarse. Por lo pronto, previa orden de Interior y Defensa, Mesquida acaba de encargar un informe. Estamos ante uno de los asuntos más graves a los que ha tenido que enfrentarse la Guardia Civil. Y José Antonio Alonso no ha estado a la altura. Al menos, hasta el momento. Guindilla a su errático proceder.

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