A Delvecchio y Materazzi: el primero le propinó un cabezazo al segundo y se fue a la ducha; a Materazzi, ya le vale de provocar, como hizo con Zidane

Es preciso erradicar la violencia de los estadios de fútbol. Pero empezando por el propio terreno de juego. Si los jugadores no dan ejemplo de recta conducta, de comportamiento y sensatez, mal vamos. Es lo que hay que recordarle a Gennaro Delvecchio, futbolista de la Sampdoria que este domingo fue expulsado de su partido a los 6 minutos de que diera comienzo, tras propinarle un cabezazo a Marco Materazzi. Lamentable. No obstante, el defensa del Inter de Milán comienza a ser famoso por las veces que es objeto de agresiones. El caso más famoso fue el del astro francés, Zinedine Zidane, conocido por su carácter reservado y poco dado a las broncas, que fue expulsado de la final del Mundial de Alemania tras agredir a Materazzi. Cabe preguntarse ahora, visto lo visto, si este chico no tiene un don especial para provocar a sus rivales. También a los provocadores habría que mantenerlos raya, para que en los campos se pueda disfrutar sólo de fútbol. Guindilla para el agresor… y para el agredido, sospechosamente metido en todos los fregados.

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