A los jóvenes exaltados de ERC, que boicotean una conferencia de Alfonso Guerra en Barcelona: más ‘kale borroka’ catalana, más intolerancia radical

Las juventudes de ERC interrumpieron este martes una conferencia que el ex vicepresidente del Gobierno Alfonso Guerra debía impartir en la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona. Los exaltados desplegaron una pancarta de protesta bajo el lema “El recorte (del Estatut) no nos detendrá. Hacia la independencia”. La rama juvenil de Esquerra (JERC), protagonista del altercado, regaló a Guerra un cepillo y un Estatut “para que pueda cepillarlo”, en alusión a las declaraciones del presidente de la Comisión Constitucional del Congreso cuando éste afirmó que se habían “cepillado como un carpintero el Estatuto” catalán. Nada nuevo bajo el sol. Se trata de un episodio más de intolerancia radical, promovido por esos extremistas a los que el sistema democrático se les queda pequeño. No les vale con manifestar públicamente sus discrepancias, acceder a un parlamento para exponer sus ideas o crear –si les place- plataformas mediáticas desde las que hacerse oír. No. Ellos se ven en la obligación de ‘reventar’ las tesis del vecino, incomodar al disconforme y recurrir al gesto faltón. Guindilla a los chicos de la otra ‘kale borroka’, a los que algún día habría que meter en cintura.

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