A Gonçalo Amaral, policía portugués que pretende hacer negocio con el ‘caso Madeleine’ revelando datos que no deberían trascender por secreto profesional

La policía portuguesa cerrará mañana el caso Madeleine (que no la investigación), por falta de pruebas, y presentará sus conclusiones. Sólo tres días después Gonçalo Amaral, el jefe de la policía portuguesa que llevó la investigación, pero fue apartado del caso, publicará un libro sobre la desaparición de la niña. Se llama ‘Mentiras verdaderas’ y en la obra Amaral vuelve a criticar los métodos de la policía británica durante la investigación que, según él, estuvieron influenciados por las pruebas que los padres de Madeleine, Kate y Gerry McCann, querían que se siguieran. Amaral está convencido de que la niña está muerta, mientras los padres han seguido presionando para mantener la hipótesis de un supuesto secuestro y la idea de que su hija regresaría a casa sana y salva. Pero Amaral fue apartado del caso en octubre y está acusado de perjurio por un caso anterior relacionado con la desaparición de una joven en el Algarve, cuya madre fue después condenada por asesinato. La mujer, Leonor Cipriano, acusó a Amaral de forzarla a hacer una confesión. Todo bastante turbio. Y por encima de todo, está el hecho de que este policía debería guardar el secreto profesional derivado del compromiso ético que adquirió, conscientemente o no, al trabajar donde se encuentra. Saltárselo para lucrarse es un atropello y un abuso. Alguien debería intervenir. Guindilla para este señor.

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