A Isabel García Marcos, que sale de prisión bajo fianza en plan “super star”, como si pisara la alfombra roja de las estrellas

Las maneras en que una persona se desenvuelve en su vida pública pueden permitir conocer aspectos de su fuero interno. La ex primer teniente de alcalde de Marbella, Isabel García Marcos, abandonó hace dos días la cárcel de Alhaurín de la Torre en situación de libertad bajo fianza y tras abonar los 60.000 euros impuesto por el juez del caso. Lo hizo junto a la otrora alcaldesa, Marisol Yagüe, y Victoriano Rodríguez, ex concejal de transportes. Mientras que la alcaldesa salió de manera discreta, entre lágrimas y sin más exhibiciones, la salida de García Marcos fue digna de un folletín “rosa”. Radiante y fresca, como si de la novia de un bodorrio se tratara, la ex teniente de alcalde aprovechó para definirse como “una luchadora contra la corrupción, antes y ahora”. Para terminar de rematar el estrambote, solicitó ser considerada una “presa política”. Está en su derecho de manifestarse como le parezca. Y nosotros, de considerar un grave exceso esa pose de heroína “super star” al convertir algo trascendental y serio en un espectáculo circense. Delirios de grandeza y un glamour incontestable en quien está acusada de esconder en su domicilio 370.000 euros en metálico. Guindilla a la desvergüenza.

 

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