Jaime Puente, que diseña un cartel carnavalero faltón, se declara “abrumado” pero no se disculpa

Una nota de prensa afirmaba este jueves que Jaime, el diseñador de Sabiñánigo de 21 años y autor del polémico cartel de Carnaval de Huesca, estaba abrumado y atónito por el escándalo que se había montado. Lo que nos faltaba: encima, víctima propiciatoria. “Al principio —explica Puente-, estaba abrumado, el carnaval es transgresión y yo pinté lo que se disfraza la mayoría de la gente, de curas. No quise hacer nada extraño”. Pues resulta que sí lo hizo pero, en vez de pedir disculpas a un sector de la población española que se ha sentido ofendida al tener la extraña manía de sentirse católica (pobrecitos), va y pone cara de sorpresa. Nada, habrá que ir haciéndole un altar pues —que nadie lo dude-, la progresía levantará mañana un altar para el tal Jaime Puente. “Lo + Plus” o “Caiga quien caiga” ya están ahí. Menos mal que como el carnaval es transgresión y aquí no hay límites, alguien podrá mentar al día siguiente a la madre de alguno de ellos o a la condición homosexual del otro y correremos a cobijarnos bajo el paraguas de “el carnaval es eso, transgresión y pecado, que para eso viene luego la cuaresma, que es cuando hay que arrepentirse y hacer penitencia”, según pontificaba este jueves “El País”. Guindilla de humor, para favorecer la distensión que esta sociedad pide a gritos, si aprendemos todos a respetarnos.