A Marcos A. G., guardia civil, que ponía multas falsas a un vecino con el que no se hablaba

Al igual que los agentes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado que realizan una labor encomiable hay que felicitarles, aquellos que no cumplen con sus obligaciones y se extralimitan en sus funciones deben ser debidamente reprobados. Es el caso del guardia civil Marcos A. G., que fue condenado como autor de un delito de falsedad documental, condena que acaba de ratificar el Supremo. El agente puso hasta cuatro multas falsas a un vecino con el que mantenía una mala relación. Ahora, el agente y su compañero, Juan Miguel C. O., deberán cumplir una condena de cuatro años y siete meses de cárcel. Guindilla a este guardia civil poco ejemplar.

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