A Marina Geli, consejera catalana que se suma a la política de eufemismos del Gobierno y, tras aprobar ayudas a la construcción, habla de “cierta caída” del sector

La obstinación parece un mal contagioso. El presidente del Ejecutivo y sus ministros están empeñados en evitar hablar en público de crisis económica. Los micrófonos indiscretos han aclarado que Zapatero quiere evitar así el pesimismo, sin caer en la cuenta de que para resolver los problemas primero hay que ser conscientes de que existen, admitirlo y obrar en consecuencia. Esta ‘enfermedad’ parece haberse trasladado ahora a la Generalitat catalana, que acaba de aprobar un paquete de inversiones en infraestructuras y equipamientos sanitarios y educativos. A pesar de lo extraordinario de estas medidas, la consejera de Salud, la socialista Marina Geli, ha insistido en enmarcarlas “en un momento de una cierta caída del sector de la construcción, del sector privado”. ¿Cierta caída? Esto parece ya una tomadura de pelo. Guindilla a Marina Geli y los empeñados en seguir evitando llamar a las cosas por su nombre.

 

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