A Mercedes Cabrera, ministra de Educación, que cae en el desquiciado afán reformista de este Gobierno y propone ahora la eliminación de las ingenierías superiores

Según el documento publicado este martes por el diario El País, las diez ingenierías superiores que actualmente se imparten en España y sus respectivos colegios profesionales van a desaparecer. El informe, remitido por el Gobierno al Consejo de Coordinación Universitaria, equipara los estudios superiores con los técnicos, dejándolos en un único título de Grado por cada especialidad, de cuatro años de duración. Con este cambio que planea el Ejecutivo, las profesiones relacionadas con la ingeniería que están reguladas en dos niveles de ejercicio, con responsabilidades civiles diferentes, quedarían reducidas a una sola. Las primeras críticas no se han hecho esperar para destacar algo obvio: ¿por qué cambiar una organización que funciona a la perfección y que ha convertido a España en una de las ingenierías más creativas y punteras del mundo? El afán reformista de este Gobierno parece no tener límite. Sin embargo, la ministra Mercedes Cabrera debería tomar ejemplo de lo sucedido con su colega Elena Salgado y los ‘efectos colaterales’ de esta dinámica desquiciada. Guindilla a una propuesta absurda.