Al policía nacional que se dejó corromper en su trabajo, cobrando por dejar pasar por el puesto fronterizo de Barajas a jóvenes destinadas a la prostitución

Detrás del bien y del mal está la respuesta moral de cada uno, su capacidad de decir sí o no. Ahora, un agente de policía que trabajaba en Barajas ha sido acusado de cobrar 300 euros por cada vez que hacía la vista gorda y dejaba a una mafia colar a una mujer brasileña en nuestro país para ejercer la prostitución. No sólo eso, también sellaba sus pasaportes una vez que caducaba el permiso de tres meses con el que contaban las prostitutas para estar en España. Lo hacía falseando el documento. ¿Cómo se puede ser tan inmoral en el propio trabajo? Guindilla a quien se dejó corromper.

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