A los dueños de los periódicos nacionales, que hacen oídos sordos al dictamen del Congreso que pedía la supresión de los anuncios de contactos sexuales
En mayo del pasado año, se creó una Comisión Mixta de los Derechos de la Mujer para estudiar la prostitución en nuestro país. El pasado 19 de febrero emitió un borrador de dictamen final en el que se recomendaba muy claramente no legalizar su ejercicio, endurecer la lucha contra las mafias del sexo y suprimir los anuncios de contactos en los medios de comunicación. Han pasado más de un mes desde la difusión de esas conclusiones y tan sólo el gratuito 20 Minutos se ha dado por aludido, eliminando de sus páginas esa lucrativa fuente de ingresos. Estos días algún que otro empresario de la Comunicación ha estado en el candelero por sus declaraciones políticas, reclamando a diestro y siniestro una actuación ética e íntegra. Libre es de hacerlo. Ahora, casos tan claros como el descrito no hacen sino demostrar que existe un doble juego moral. Una cosa es predicar la paz mundial, la concordia entre los pueblos y la utilización responsable de los recursos naturales y otra bien distinta poner orden en casa propia, acabando por ejemplo, con estos anuncios. Es especialmente lamentable a lo que llegan algunos diarios, camuflando eufemísticamente estos módulos como “servicios de acompañamiento”, “contactos personales”, “buzón de amigos”, “técnicas de relax” o “masajistas”. Guindilla a los máximos responsables de El País, El Mundo, ABC, La Razón, La Vanguardia, El Periódico de Cataluña…, que favorecen así la esclavitud sexual, la explotación de mujeres y el tráfico de personas
