Al diputado socialista Francisco Garrido, que pedirá en el Congreso que se reconozcan los derechos humanos de los simios
La necesidad de fomentar una sana conciencia medioambiental ya está afianzada en las sociedades occidentales, a las que la excesiva industrialización llevó a una visión exclusivamente comercial de la vida animal. Hoy en día a la mayoría de personas en nuestro país les parece lógico que a los animales no se les haga sufrir, y que esté penado inflingirles trato vejatorio, ya sea en laboratorios, en granjas, o en los hogares. Pero desde esta sana visión ecologista, hasta querer dotar de “Derechos Humanos”a los simios hay un salto tan grande que no se sabe a qué cabeza del partido socialista se le ha ocurrido aprobar. Puede que los grandes simios tengan habilidades increíbles, puede que al ser la rama de la que pudo surgir el ser humano a algunos les sigan haciendo más “tilín” que otros animales, pero compararlos con los seres humanos es una estupidez que puede pasar a la historia. Si además, esto se hace desde un partido que se niega a reconocer los derechos del embrión humano, con la defensa de leyes totalitaristas en ese sentido, para las que se pasa la ética por salva sea la parte, pues se queda en absoluto ridículo. Guindilla a una propuesta absurda y desquiciada.
