Águila Roja: nada respetuosa con la Iglesia Católica

He visionado la película Águila Roja, estrenada en 2009, y, salvo algunas escenas eróticas, es un filme de una gran ambientación. Eso sí, cristofobia en estado puro. Los guionistas parecen sentir una permanente obsesión anticlerical a lo que se añade un deficiente rigor histórico.

La primera temporada de Águila Roja -la serie de televisión más cara de la historia de la pequeña pantalla, con un millón de euros de inversión- sobrepasó todas las esperanzas con más de cuatro millones y medio de teleadictos como media. Con picos próximos al 30% del "share", la serie producida por Globomedia para Televisión Española gira sobre una idea insólita del productor Daniel Écija.

No tardó en afianzarse como una de las series de más prestigio en TVE1. El impensado éxito de la primera temporada ha dilatado la serie con otras dos más, aunque ya se prepara la cuarta temporada. Muy lejos de mermar el interés, Águila Roja no ha dejado de dar un estirón llegando a una media cercana a los seis millones de telespectadores en el lapso de la tercera temporada. El desafío es apiñar frente a la pequeña pantalla a varias estirpes de espectadores.

En la película, bajo el reinado Felipe IV, el Papa y los reyes de Inglaterra y Francia están emplazados en El Escorial para lograr un significativo pacto de paz. Pero los soberanos extranjeros han dispuesto la muerte del monarca español y repartir sus territorios. Por suerte Gonzalo de Montalvo, Águila Roja, está para desbaratar sinrazones y hacer justicia, pero un infortunio inesperado, la ceguera de su primogénito, le provocará dudas sobre su dedicación justiciera como Águila Roja.

Hay esparcimiento basado en una acción vertiginosa, y en un excelente sentido del humor y también algún chiste zafio, o un par de leves desnudos, aunque con la idea de no abusar del erotismo, para agradar a "todos los públicos".

Se sitúa en el Siglo de Oro español. Un modesto padre de familia, maestro de escuela que sufre la peor de las injusticias: su esposa es asesinada y el inofensivo maestro se convierte en un héroe justiciero: así comienza Águila Roja.

La producción de la serie se ha llevado a cabo en dos años, y el rodaje de los 13 primeros capítulos en 30 semanas. Para la filmación se han instalado tres platós, se ha construido una calle del siglo XVII. Más de 3.500 figurantes y exteriores de una decena de pueblos y ciudades.

Es una serie de aventuras. No podían faltar las escenas de acción, para las que se emplearon efectos especiales, y para los que se ha adiestrado, a los intérpretes, en el manejo de la espada y las artes marciales. Además, el guión promete enigmas, conspiraciones y emociones.

 

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