Bebés laboratorio

Excepto la producción de "bebes medicamento", y de originar falsas expectativas en la curación de determinadas enfermedades con cuyo fin se han pretendido justificar, apenas se ha conseguido progreso alguno en la terapia de las mismas.

Mientras en España una mujer de 65 años da a luz a gemelos, gracias a los servicios de un centro de reproducción asistida, en Estados Unidos una clínica de características similares ofrece hijos a la carta, con posibilidad de escoger el sexo y el color de los ojos y del pelo de los mismos.

Si la generación de los hijos se produce fuera de los cauces normales establecidos por la naturaleza, y el embrión deja de verse como un valor en sí mismo al que corresponde la dignidad de un ser humano, cualquier barbaridad puede ser posible: desde el considerar a los hijos como un o juguete al servicio del capricho o preferencias de los padres, hasta la producción de "quimeras", o híbridos de gametos humanos y animales.

Lo curioso del asunto es que las leyes que permiten que se llegue a tales barbaridades, como la nuestra de Reproducción Asistida, se consideran muy "progresistas". Pero excepto la producción de "bebes medicamento", y de originar falsas expectativas en la curación de determinadas enfermedades con cuyo fin se han pretendido justificar, apenas se ha conseguido progreso alguno en la terapia de las mismas.

Mientras, la investigación con células adultas que no ofrece reparos éticos, continúa obteniendo progresos muy significativos en la regeneración de tejidos y órganos dañados, como los recientes de nervios y arterias. Pero lo importante para algunos gobiernos es ser más progresista que nadie.

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