Brindis por algunas entidades benéficas

Considero que la labor silenciosa de algunas entidades benéficas como el Banco de los Alimentos y Cáritas Diocesana es siempre encomiable, pero de manera especial en tiempos marcados por la escasez, por ello reclamar la atención y el reconocimiento social sobre su trabajo eficiente e impagable resulta no fácil, sino sencillamente un acto de justicia.

Ahí tienen amparo y alimento los excluidos, a quienes la otra lotería, la de la vida, les ha dado hasta ahora muy poco o nada. Pero del mismo modo hay tienen cabida los que quieran devolver una parte, siquiera mínima de lo recibido. Y si la decisión de aportar procede de despojarnos a muchos de un vino, un cava, un turrón y/o un canapé, pues bienaventurado sea, porque todo suma cuando se trata de dar y abrazar al que menos tiene.

Sin duda, en esos centros, especialmente en los de Cáritas, no se organizan cortesanos vinos de Navidad ni cenas de empresas, pero estoy convencido que sus voluntarios se merecen el mejor de nuestros brindis.

 

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