Conferencias inadvertidas

Desde hace tiempo es casi imposible que un político popular o un intelectual se oponga a las tesis nacionalistas. Los abucheos e intentos de boicotear una intervención de Aznar en la Universidad Autónoma hace tiempo, o más recientemente contra Vidal Cuadras en Barcelona, o Boadella en Girona, son buen ejemplo de lo que digo. Todo lo cual habla muy poco en favor de la tolerancia y el espíritu democrático del pueblo catalán, y no favorece en absoluto la visión que el resto de España tenga de nosotros. A pesar de ello, no se ha tomado medida alguna para evitarlo y continuamos igual. El pasado viernes, una treintena de jóvenes independentistas, recibió con una lluvia de huevos, gritos e insultos al secretario general del grupo parlamentario del PP en el Congreso, Jorge Fernández Díaz, al entrar en un hotel de Vilafranca del Penedès en donde iba a dar una conferencia. Ya sé que solo fueron una panda de energúmenos, pero lo más lamentable es que tan deplorable hecho apenas haya merecido la atención de algunos medios de información catalanes, y que no haya sido condenado todavía ni por el gobierno catalán ni por ninguno de los partidos que lo integran.

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