Consenso y talante

He de reconocer que no entendí demasiado qué era eso del nuevo talante que prometió Zapatero en la forma de gobernar.

Los pactos que se han ido configurando después de las elecciones para determinar quien manda en ayuntamientos, diputaciones y comunidades autónomas, además de demostrar que la actual ley electoral no sirve, y que el afán de poder y los intereses de partido cuentan más que la voluntad y preferencias de la ciudadanía, están contribuyendo a que volvamos a la endémica división entre las dos Españas que ya parecía superada. El consenso y reconciliación que presidieron nuestra transición a la democracia, y continuaron con Suárez, Felipe González y José María Aznar, están desapareciendo con Zapatero. El abismo que separa a los partidos de izquierdas y nacionalistas del PP, cada vez es mayor; y la crispación que preside las relaciones entre unos y otros está dificultando cualquier posibilidad de entendimiento.

Posiblemente no sea Zapatero el único culpable, pero sí el principal; precisamente por ser el presidente del gobierno. He de reconocer que no entendí demasiado qué era eso del nuevo talante que prometió en la forma de gobernar. Intuyo que empiezo a comprender en que consiste.

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