ETA vive de nuestros errores
Así se expresaba la viuda del Teniente Coronel Blanco, primer asesinado tras la tregua trampa de 1998.
Esta afirmación es del todo certera: cada vez que hemos bajado la guardia, cada vez que hemos olvidado que nuestra libertad está siendo atacada, cada vez que hemos distinguido entre quienes matan y quienes les acogen, hemos cometido un error.
Debemos ser firmes. 823 asesinatos nos han de servir para exigir al Gobierno que olvide todo lo accesorio y se concentre en no volver a cometer errores, en apretar el nudo que nunca se deshaga.
Si nos permitimos fallar, ETA seguirá viva.