¿España comienza a desgajarse?

No deja de ser curioso que una nación que lleva tan solo veintisiete años de Constitución democrática, se pretenda ya "democracia avanzada", en palabras de su propio presidente del gobierno. Cuando una nación se avergüenza de serlo, algo anda mal. Si miramos a nuestro alrededor, veremos que cualquier ciudadano italiano, francés, británico, alemán, y no digamos ya norteamericano, por el hecho de ver ondear su bandera o por sentirse patriota, no recibe indefectiblemente, por parte de sus conciudadanos, el apelativo de fascista o "facha". A nuestra tierna democracia le falta asimilar aún una importante lección: todo aquello que no sea odio a la unidad nacional, anti - militarismo, postura anti - sistema, ideas de raigambre marxista, orientación a la homosexualidad, anti - cristianismo, o sencillamente progresía, todo ello, digo, también tiene cabida en el marco democrático. Así ocurre en los países de lo que se ha convenido en llamar Occidente, en los que sus democracias nos llevan, en algunos casos, siglos de ventaja. Otra cosa es que estemos empeñados en no pertenecer a esa civilización occidental. Ya hemos dado el primer paso vergonzante en ese sentido, a modo de desgajamiento de un archivo y mediante traslado de 500 cajas de papeles, cuyo valor simbólico, más que material, queda patente: empieza a desgajarse la nación. Francamente, no creía que este gobierno tuviera tanta maldad.

 

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