Fobias colectivas enfermizas
No es por fardar. Simplemente por decir la verdad. Mis antepasados (el Barón de Pinós) fueron unos de los fundadores de Catalunya, en asamblea con los 9 Barones de la Fama. Fundaron, por allá los años 1.000 nuestro gran país, con proyección universal demostrada a lo largo de la historia.
Pero, ahora, no sé sabe bien qué demonios ha pasado, que esta visión abierta de siempre se ha transformado en una cerrazón social involucionista peligrosa. Culpándose de todos los males de Catalunya al resto de España, con un fanatismo y una intransigencia tan furibunda que recuerda a la intransigencia islamista actual.
Así, no puedes decir "passam un tall de turró d'Alicante", porque tienes que decir "d'Alacant", y pobre de ti si dices "sacatapos" pidiendo el sacacorchos, porque te lo meten por el culo, corrigiéndote, con acritud dramática, que has de decir "tirabuchons" o no sé qué diantre de palabra que ninguno de los barones de la fama, ni sus descendientes habíamos oído decir nunca antes.
Pienso que el busilis (punto clave dónde está la dificultad) de la cuestión está en la corrupción política general tan descarada que ha imperado últimamente entre nuestros dirigentes, la más importante de España, seguramente, y que ha involucrado a toda la Generalitat de los Pujols y compañía. Al tener los medios a su alcance: diarios, tele 3, móviles, escuelas... han visto en el separatismo la manera fácil de zafarse de los políticos españoles (casi igual de corruptos que ellos), pero capaces de pedirles responsabilidades, hasta criminales, según parece. ¡Sepámoslo: muchos políticos importantes, son, a veces, el opio de los pueblos, como tantos políticos nacionalistas!
Un montón de catalanes ingenuos y pusilánimes cayeron en el engaño de sus redes, y empezaron a hacer germinar, galopantes, los estériles nacionalismos. Así, pusieron de moda que todo lo español era nocivo, deletéreo, ponzoñoso y nefasto para los catalanes; olvidando, estúpida e irresponsablemente, que nuestro comercio dependía masivamente del español.
Así, también la colonización de América fue un aplastamiento vergonzoso, sólo un saqueo y una transmisión de enfermedades a los pobres indios. Y pobre de ti que digas, en una conversación de fiestas navideñas, la verdad: de que era solamente la falta de defensas que había entre ambos pueblos distantes, y que también los microbios de los indios pasaron a los españoles. Y pobre de ti que digas que la Reina Católica sólo quería el bien de los indios: convertirlos al cristianismo para su salvación, que así fue oficialmente; y que los que saqueaban no era el Imperio de la reina, sino una partida de colonizadores maleantes y aprovechados descontrolados que hicieron lo que pudieron, como todo el mundo hubiese hecho, como los ingleses, exterminando a los apaches... Y pobre de ti si hablas de que el castellano es la lengua más rica y perfecta del mundo y que, por esto, Carlos I de España llegó a Emperador de Europa, cosa de la que los políticos de ahora sólo han llegado a hablar, porque no han sabido, ni siquiera, haber puesto al castellano como la mejor lengua de Europa, que es, y nadie puede discutir (la única que se escribe como se pronuncia, además de ser la más rica en palabras) ¡Y rásguense las vestiduras y los calzoncillos de una vez los que ya lo están haciendo!
Y pobre de ti que digas que entre esta partida de colonizadores-saqueadores (normal entre la chusma primitiva de aquellos tiempos) estaba lleno de barretinas catalanas, porque los catalanes éramos mucho mejores navegantes que nadie y seguramente llenábamos más expediciones de barcos a las Indias que el resto de los tripulantes españoles (hay toda una teoría histórica-científica que defiende que el descubrimiento salió de Pals de la Costa Brava en lugar de Palos de Noguer, con casi el 100% de barretinas rojas . Y se cree que el tesoro de Moctezuma está perdido y enterrado en un pueblo catalán).
Cabe esperar, por el bendito "seny català", que cualquier injusticia, que tengamos con la Administración española (no con los españoles, ¡joder!), se sepa solventar por el camino de la lógica negociadora y de la justicia objetiva, y de la economía elemental, por la sabiduría del pacto y que, de una vez, dejen, los fanáticos, de hacer tanto el ridículo y vuelvan a la normalidad de la objetividad, sobre todo si son políticos nacionalistas de vía estrecha, qué ya sabremos perdonarles sus mezquinas corrupciones, y malversaciones por los años perdidos, y podamos, así, integrarnos en el mundo de la eficacia que irremisiblemente busca, para su bien y redención, aunarse globalmente, hasta formar un solo País en la Tierra, con habitantes del 100% de genes iguales, mal les sepa a los rabiosos separatistas furibundos con todos los cabellos perdidos en algún berrinche nacionalista, quedándoles la cara de bombilla roja incandescente de por lo menos 1.000 kilowatios de amperios de alta tensión.
