Matar a un hermano para salvar a otro

Prescindo de que el embrión procedente del espermatozoide de un hombre y del óvulo de una mujer, sea o no un ser humano. Aunque si lo es -y nadie ha demostrado científicamente que no lo sea- parece evidente que no se puede destruir aunque sea con el fin de curar una enfermedad. Nadie mata a un hermano para salvar a otro.   Prescindo también de que la legislación de la mayoría de los países civilizados prohíbe la clonación de embriones humano, aunque sea con fines terapéuticos. Pero solo con intuir los peligros que entraña, me parece un despropósito la nueva Ley de técnicas de reproducción humana asistida que nuestro gobierno pretende sacar adelante. Y no hace falta recurrir a la película "Los niños del Brasil", en la que se clona al mismísimo Hitler, u otros ejemplos de ciencia ficción, para ver a lo que se puede llegar.   Baste pensar en lo siguiente: si a unos padres con mucho dinero se les muere un hijo pequeño, y tienen la posibilidad técnica y económica de conseguir otro hijo idéntico al que han perdido, ¿se podrá impedir que lo intenten, aunque la ley no permita la clonación con fines reproductivos? La Ley en trámite legalizará también la fecundación de ovocitos animales con esperma humano, y ya hay una empresa que ha intentado patentar embriones híbridos de seres humanos y cerdos. No creo que tales barbaridades puedan justificarse. Ni con tal de ser el gobierno más progresista del mundo.