“Matrimonio” disfrazado

Parece ser que la homosexualidad se presenta en la actualidad como una forma más de unión matrimonial cada vez mas respetada y conocida por todos. Pero, sin embargo, es bien diferente al concepto que todos tenemos de familia y que la Real Academia de la Lengua Española entiende por matrimonio.

Creo que las uniones de hecho no puede igualarse a la unión matrimonial con todas sus consecuencias, porque no es una unión que, por su naturaleza, está abierta a la vida y, en segundo lugar, porque las nupcias han sido siempre entre personas de distintos sexos, como as lo define la Real Academia y la tradición de lo que ha sido siempre el matrimonio: la unión marital entre un hombre y una mujer en una entrega mutua del varón en su virilidad y la mujer en su feminidad, y que constituye un consorcio para toda la vida.

También es cierto que la homosexualidad ha estado tipificada como una enfermedad hasta los 80, pero fruto de la presión que este colectivo ha ejercido, se consiguió suprimirla del gran listado patológico del Hombre. Pero parece ser que no se conforman con eso y quieren llegar un escalón mayor con la equiparación de derechos con el matrimonio gracias a la ley de parejas de hecho que el Gobierno va ha presentar y debatir en el Parlamento en otoño.

Resulta muy curioso pensar como dos personas del mismo sexo pueden formar una familia -legalmente o no-, ya que en el caso de tener hijos -que no ser por causas naturales sino por adopción-, estos puedan presenciar alguna laguna en su educación afectiva, llegando a afirmar: mi papá 1 y mi papá 2 son lo que más quiero en este mundo. Y todos somos conocedores de que los homosexuales se pronuncian como personas orgullosas de su condición sexual, pero ni a m, ni a ZP, ni a nadie nos gustara ser hijos de una pareja de homosexuales jurídicamente reconocidos.