Polémicas declaraciones del cardenal Martini

No pretendo dar lecciones de ética al cardenal Martini, pero no estoy de acuerdo con sus declaraciones al semanario "L'Espresso". Al menos tal como las han reproducido algunos medios. Aunque soy creyente, mi discrepancia no se fundamenta en cuestiones morales sino en la Genética, disciplina de la que he sido profesor durante bastantes años.   Dice que la vida comienza "no inmediatamente en la concepción, sino después" y por eso aprueba el uso de óvulos en el estado de dos pronúcleos. Desde que el óvulo es fecundado por el espermatozoide aquello es un embrión humano, pues tiene ya toda la dotación genética definitiva; la misma que mantendrá durante todo su desarrollo y en la vida adulta.   La primera célula germinal ya está dotada de planos y ejes, de un proyecto que se realiza conforme a un plan determinado que dará lugar a un solo ser o a gemelos, por lo que carece de fundamentación científica hablar de prembriones. Y si lo que un ser vivo "es", depende de su genoma, desde su primer estadio hasta que nace no se produce ningún cambio significativo que permita decir que antes era una cosa y después es otra.   Él mismo se contradice al afirmar por un lado que "no es un embrión aún", y por otro que implantarlo en una mujer "parecería preferible a la pura y simple destrucción". Cuando habla del uso del preservativo como mal menor en algunos casos extremos muy determinados que explicita, no me parece que ello autorice a destacar, como han hecho en titulares algunos medios, que "El cardenal Martini apoya el uso del preservativo contra el sida". Mucho me temo que sus declaraciones puedan haberse tergiversado.