Prohibir, prohibir, prohibir...

Por favor, ¡que se vayan! Sí, por favor, que se marchen por que nos van a prohibir todo. Este gobierno, por lo que se ve, no sabe hacer otra cosa: dictar y dictar normas llenas de prohibiciones.

Cuando no es el cinturón de seguridad de los coches, es la sillita de los niños en los automóviles, y cuando no leyes que persiguen a los hombres específicamente, y cuando no, persiguen a los que fuman.

Pero lo mejor es que estos ministros, que nos sorprenden cada viernes a medio día después de su reunión ministerial, y que yo les voté (es la última vez que los voto), se dedican a dictar normas de convivencia para los ciudadanos normales de a pie, ciudadanos como nosotros a o que intentan amedrentar con multas y sanciones. Vamos como a los niños, que si eres malo te castigo.

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