Renta agraria mejorable
La renta agraria, en términos corrientes, ha experimentado durante el año 2.003 una disminución del 0,8%. Es un hecho que los agricultores encuentran cada vez más dificultades para mantener su actividad puesto que al mismo tiempo que sus ingresos disminuyen, sus costes se incrementan.
Una de las consecuencias es la desaparición de un gran número de explotaciones agrarias debido a la bajada de los precios en origen. El aumento de los costes imposibilita producir atendiendo a criterios más exigentes en calidad y seguridad alimentaria, y mientras no se contemple en el precio del producto en origen los conceptos de calidad y seguridad alimentaria, el productor difícilmente podrá garantizar esas condiciones.
Así muchas explotaciones familiares están abandonando y entran en la producción grandes compañías con producciones intensivas y muy mecanizadas que van en contra de sistemas de calidad y sin garantizar prácticas medioambientales aceptables, cuando no se importan los productos de terceros países en los que no se respeta medio ambiente, bienestar de los animales, mano de obra remunerada convenientemente, etc.
La agricultura y la ganadería españolas se encuentran en una situación comparativamente desfavorable respecto al resto de sectores económicos, por ello, es conveniente la aplicación y desarrollo de un marco legislativo sobre agricultura y desarrollo rural que contemple toda esta problemática y articule respuestas para los agricultores y ganaderos que desean seguir ejerciendo su profesión y viviendo en le medio rural.
El gran reto para el futuro debe ser la generación de un mayor valor añadido en las producciones agrícolas que permita incrementar los ingresos a los profesionales del campo. Esto que consideramos necesario para la supervivencia en el campo, está siendo dificultado por la PAC, la OMC, la globalización, las presiones de algunas ONG y la, ya demostrada, ineficacia del actual Gobierno.
