Tomar buena nota

Durante los años del franquismo, la falta de democracia propició la iniciativa de la sociedad civil catalana. Gracias al empuje de la misma fue posible el gran progreso cultural y económico de Cataluña.

Me pregunto si el gran éxito de la reciente reunión de lo más representativo de esa sociedad civil en el IESE, que mereció la portada de muchos diarios, se deberá a la poca credibilidad de nuestra clase política. Está tan ocupada en sus rifirrafes internos, en mantenerse en el poder y en desacreditar a sus oponentes, que ya no se confía en ella para resolver los grandes problemas que nuestra sociedad tiene planteados.

Por si acaso, sería bueno que quienes nos gobiernan y, también quienes aspiran a gobernarnos, tomaran buena nota de ello.