Del “Viva la muerte” de Millán Astray al “Viva la muerte” de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias

La Izquierda española se arroga el sacrosanto Derecho de pretender dirigir nuestras vidas desde que nacemos hasta que morimos, pasando por los aspectos más naturales de nuestra existencia, ya sea nuestro matrimonio o sus vínculos afectivos, así como la interpretación que debemos extraer de la Historia y hasta del vuelo de una mosca.

La izquierda es omnipresente, pretende guiar nuestros pasos, e incluso lo que hablamos, y cómo lo hablamos; se entromete en las relaciones paterno filiares y hasta en las de pareja, distinguiendo entre buenos y malos, según género y circunstancia y hasta ha llegado al extremo de negar valor humano y jurídico al “nasciturus” o concebido y no nacido todavía, definiéndolo eufemísticamente como “vida en formación”.

La izquierda es un lastre para la Humanidad y para la Patria Española en particular porque altera los valores, invierte los principios, genera división allí donde las relaciones se mueven en el ámbito de lo natural y bajo la aureola de una falsa felicidad nos aniquila intelectualmente y nos neutraliza socialmente.

Y no es difícil encontrar y resaltar sus incongruencias, prueba evidente de lo ilógico de sus postulados y lo corrosivo de sus mensajes, e invito al lector a analizar todo lo anterior sobre la figura del General Millán Astray, verdadera bestia negra de la izquierda intelectual y política de este país, mucho más de lo que pudiera ser el General Franco, por su trayectoria y su evolución, desde que nació hasta el final de sus vidas.

No hay día que pase sin que los Trapiello, Ruiz Manjón o demás plantilla de la Manada de los ultra-intelectuales de El País fustiguen sus diatribas contra el Fundador de La Legión, sin descanso, fanáticamente, sin lugar a la duda o la interpretación, con un dogmatismo preocupante y con cada vez más interrogantes sobre ese comportamiento tan irracional.

Y hacen del presunto incidente con Unamuno en Salamanca el núcleo de una permanente ofensiva que no se sostiene ya después de las últimas averiguaciones historiográficas llevadas a cabo por la Plataforma Patriótica Millán Astray, que ha descubierto documentos gráficos y periodísticos inéditos hasta el momento que acreditan una despedida amistosa entre ambos aquel 12 de Octubre de 1936, así como un relato de los hechos que no encaja para nada con la Verdad oficial.

¿Qué tendrá ese Hombre, Millán Astray, para despertar tanta ira y rechazo entre dicho colectivo? Un hombre hiper mutilado, como Blas de Lezo, con el cuerpo hecho jirones por el fuego enemigo, pero con un espíritu tan vivo hasta en sus últimos momentos, con unas ganas de vivir que aún hoy nos impresionan, de aprender, de organizar y de servir a su Nación.

Un Hombre frente al cual todo el dogmatismo fanático de la izquierda choca en substancia esencial. Un motivo sin duda de apasionante análisis, quizá hasta de psicoanálisis, de búsqueda de las razones que se esconden detrás de un comportamiento patológico por parte de las sacerdotisas de “el anillo” socialista, como diría Tolkien, o “los orcos de Sauron”, como diría su amigo Roy Campbell. ¿Cómo puede ser que sin haberle conocido puedan hablar de él de esa manera tan arrogante y desconsiderada?

El socialismo intelectual le reprocha a Millán Astray un “Viva La Muerte” en el Paraninfo de la Universidad de Salamanca aquel 12 de octubre de 1936, cosa que es absolutamente falsa, porque Millán Astray sí que era un auténtico intelectual, y un soldado, y sabía diferenciar los distintos escenarios, y el lenguaje aplicable en cada caso, como persona educada y lista.

 

El “Viva La Muerte” de Millán Astray nunca se evocó en los ámbitos universitarios sino en los campos de batalla y ante sus soldados, sus hijos en la Milicia, como grito que evoca el amor a la vida que tenían los legionarios, a la suya y a la de sus compatriotas, pues iban allí a morir por ellos, entre los peñascos del Rif, tierra árida e ingrata, libremente, como un acto patriota de aquellos que asumieron que eran la primera línea de una Nación en problemas.

El “Viva la Muerte” de Millán Astray es auténticamente un “Viva la Vida”, y porque saben de su importancia y de su valor, los Legionarios la ofrecen generosos y voluntariamente, entregándola por su prójimo, para que por cada Legionario que cayó en el Rif se salvaran dos jóvenes españoles de reemplazo, para que el tributo de sangre y de dolor de aquella guerra recayera no sobre las madres de los españoles más humildes sino sobre la de aquellas cuyos vástagos habían decidido libremente morir por los trabajadores españoles. ¿Tan difícil es entender esto por parte de la Manada de Ultra-intelectuales?

Por esto y por otras razones, aún hoy en día, el currito español, el trabajador humilde y sacrificado, el patriota que trabaja con sus manos, el que aún suda la camiseta, siente ese afecto y cercanía hacia los Legionarios, porque a la vez que él lucha por ganarse la vida honradamente, los Legionarios son garantía de que al trabajador españoles no va ser objeto de nueva inmolación por culpa del desastre de los políticos en lejanos y crueles campos de batalla a los que nos llevan en su desmedida y miserable ambición.

Trapiello, Ruiz Manjón y Sauquillo siempre nos ocultarán los gritos del 12 de Septiembre de 1936 en el balcón del Ayuntamiento de Salamanca que exhaló el Fundador de La Legión ante miles de enfervorecidos españoles y extranjeros: “Viva la Paz”, “Viva el Trabajo”, “Viva la Justicia” y “Viva el Amor Humano”….

Para el “Viva la Muerte” en su peor sentido y significado, radicalmente opuesto al que nos ofreció Millán Astray, nos quedará hoy “La Manada política de la Muerte”, encabezada por Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, con sus proposiciones de Ley de regulación de la Eutanasia, verdadero texto legislativo que promoverá la muerte entre los españoles, un nuevo derecho al que llama así la izquierda, para asesinar masivamente a ancianos e incapacitados, despojarles de esperanza y de ilusión y para con ello ennegrecer aún más la existencia en España. Que no se extrañen que se produzca cuando lleguen al poder un fenómeno similar que ya existe en Holanda, donde al año miles de ancianos de este país “huyen” a Alemania, para no ser ejecutados por su sistema legal. Algo mismo tendremos que hacer los españoles, refugiándonos en Portugal.

O qué decir del asesinato del niño británico Alfie Evans, y la vergüenza que sentimos los españoles al constatar que ni un solo político representativo español ha sido capaz de alzar la voz en favor del condenado a muerte por el sistema legal y judicial de su País mientras que en otras Naciones, como Italia y Polonia, sus más altos dignatarios han ofrecido todos los recursos estatales para salvar a ese niño inocente de las Leyes del Odio y de la Muerte.

¿Qué habría hecho el Fundador de La Legión con ese niño? Pues lo mismo que el General Muñoz Grandes y otros héroes contemporáneos de España, se lo habría llevado al calor de su casa, con su Familia, con su Hija y con los Mutilados de La Patria, para que se hubiera desarrollado en un ambiente de Amor y de Esperanza, de Grandeza y de auténtica Libertad.

Deberían aprender de El Fundador de La Legión que a pesar de sus mutilaciones y de su vejez, jamás flaqueó su espíritu ante las adversidades y demostró una dignidad y humanidad impresionante hasta el final de sus días.

Por eso le atacan tanto.

Porque El sí que amaba intensamente esta Vida, sin desmerecer la que ahora vive eternamente.



Guillermo Rocafort

Secretario de la Plataforma Patriótica Millán Astray

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