Zapatero nunca debió acceder al poder

Zapatero nunca debió acceder al poder. Ni lo esperaba si quiera el PSOE que contaba con defenestrarlo en cuanto perdiese, dando paso a la línea "auténtica" con Bono a la cabeza. Ni lo esperaban los Españoles que tres días antes mostraban su predilección por el partido que había procurado tantos beneficios a la nación. Ni lo esperaban los partidos nacionalistas, verdes y comunistas que tenían preparado el plan de acoso al PP. Y, en consecuencia, Zapatero no sabe qué hacer, aparte de intentar vender su "talante", que no es más que un gesto facial estúpido, cuando detrás no hay ni una sola idea, ni un proyecto serio, ni siquiera una postura concreta ante algo tan trascendente como el futuro de España. Y lo que aflora ahora, lo que ya está apareciendo, es su auténtica personalidad, su impotencia, su incapacidad para enfrentarse a lo real con la seriedad que los temas merecen, desde la posición que tiene, a la que nunca debió acceder. Si no sabe, si no puede, si no es capaz de actuar con la Ley en la mano, que se vaya. Por impotente.