Zapatero escucha a quien quiere

Lo acaba de manifestar una vez más en la discusión sobre el plan Ibarretxe. También cuando accedió al poder dijo que quería gobernar escuchando a los ciudadanos. Pero no lo ha cumplido. Una mayoría del país, como demuestran algunas encuestas y diversas iniciativas, se manifiestan en contra de que otorgue a las parejas homosexuales un derecho, como el de poder adoptar, que ni la naturaleza ni la historia, ni casi ningún país del mundo les ha reconocido; y él hace caso omiso, no queriendo tampoco escuchar a los jueces ni al Consejo de Estado. Tres millones de espectadores menos le están diciendo que no les gusta el cine que se hace en España; y él prescinde de su opinión y promete incrementar las ayudas al mismo. Cerca del 80% de los padres, al escoger para sus hijos clases de Religión se han manifestado a favor de esta asignatura; y lo han ratificado después con tres millones de firmas para que se imparta "en condiciones equiparables al resto de disciplinas fundamentales"; pero nuestro Presidente desoye este auténtico clamor popular y pretende desplazarla a los extremos de la jornada, sin alternativa y sin que sea computable. Por lo visto sólo escucha a los que le interesa: a unos cuantos sindicatos que actúan como correa de transmisión de su partido y que a casi nadie representan. Sí, a Rodríguez Zapatero le gusta el diálogo de sordos.

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