La actuación de algunos políticos

Resulta curioso comprobar y analizar la actuación de muchos políticos en el Congreso de los Diputados y otras Instituciones Públicas, sobre todo, fuera de ellas. No me refiero a su vida privada, que ésa solamente es suya. Me refiero a las declaraciones a medios de comunicación y cuando asisten a actos de partido. Sus actitudes y palabras no las efectúan como hombres y mujeres sin ninguna responsabilidad para los españoles, sino que son nuestros representantes elegidos para dirigir nuestros designios, por ello echo en falta un poco más de responsabilidad, sobre todo en los del partido en el poder, los del PSOE. Personalmente, cuando me acerco a las urnas, pienso que voy a votar a un grupo de parlamentarios concejales que trabajarán (con buenos sueldos) para mejorar la situación de todos nosotros. Y, sin embargo, me encuentro que algunos se dedican más a insultar, descalificar o crispar, o las tres cosas al mismo tiempo. Bastantes dirigentes ya no recuerdan qué es el diálogo, qué es el debate qué es el talante y lo han cambiado por aquello de tirarle los trastos a la cabeza a los de la oposición, como en los mejores tiempos de Alfonso Guerra y Felipe González, en la transición política. Desgraciadamente, después fueron los principales representantes del socialismo español de los gobiernos de la corrupción y de los Gal, entre otros desmanes, Curiosamente, hoy es titular de la portada de un medio de comunicación lo siguiente: “Vera y Hernando serán juzgados por pagar 200 millones a Amedo en Suiza”. Presuntamente por la compra del silencio de ex policías con fondos reservados. ¿Comprueban, ahora, señores socialistas, como el asunto GAL no estaba definitivamente zanjado? ¿No han utilizado la guerra, la violencia de género, la igualdad de sexos, cualquier clase de catástrofe para enviar dardos envenenados a sus adversarios políticos, como si fueran sus más acérrimos enemigos? .También ahora los españoles queremos saber la verdad. Señores, trabajen por nosotros, gánense el sueldo asistiendo y sacando a flote, para bien de todos los españoles, sin exclusión, todos los asuntos de los que entiendan en sus comisiones, mesas y sesiones en el Congreso. De igual modo lo traslado, salvando las diferencias y competencias, a los políticos autonómicos y de cualquier otra administración pública. Déjense ya de monsergas e insultos.