De buena ley

El título responde a un programa diario  de TV 5. Tiene aspectos positivos y negativos. Entre los 1º, la originalidad del mismo, presentando  problemas reales de la gente, casi siempre curiosos. Los demandantes exponen su caso, prometiendo aceptar el laudo o resolución  del juez profesional al dictar  sentencia, tras oírles. Llevan  la conducción del  programa, con bastante acierto  una pareja de jóvenes periodistas  simpáticos y correctos.

Hay además una audiencia variopinta de público, que tras la exposición  de los dos contendientes, se ponen unos a favor y otros en contra. Los que hablan, son casi siempre los mismos, piden turno para intervenir. El resto del público son mera comparsa que aplauden o no. Deben dar razones a favor o en contra. Aquí,  radica el fallo principal del programa convertido a veces en un guirigay o batiburrillo.

Lo convierten en algo estridente y muy desagradable para los espectadores. En general, les falta educación, moderación  y buenas maneras. Son agresivos, chillones y hasta insultan a los demandantes. Se creen los protagonistas del programa. No es lo mismo gritar que tener razón. No se debería permitir insultos, descalificaciones de personas. Ellos no son ni profesionales, ni expertos en leyes. Hablan a la vez, tienen muletillas y se repiten sin venir a cuento. Sobra acaloramiento y falta sosiego y razones, a no ser que esto constituya lo esencial para el responsable del programa. Conclusión: Si se evitasen temas morbosos, sería  un programa aceptable, pero debe mejorar. Está aún algo verde.

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