La calumnia subvencionada de Manuel Menchón contra el general Millán Astray

El general José Millán Astray.
El general José Millán Astray.

No hay delito que no encubra la Memoria Histórica ni calumnia que no propague el cine español; la última de ella es la que vierte el cineasta Manuel Menchón contra el Fundador de La Legión, acusándole del asesinato, ni más ni menos, que de Unamuno, en su último documental subvencionado que se titula “Palabras para un Fin del Mundo”, que se estrenará el 13 de noviembre, financiado con 30.000 euros por el Ayuntamiento de Salamanca y con 10.000 euros por el Gobierno vasco, aunque no se descarta que haya muchas más subvenciones para esta nueva calumnia histórica.

La tesis del asesinato ni siquiera es nueva, pero estaba dormida por su falsedad y por el paso del tiempo, y ahora ha llegado Manuel Menchón a vivificarla, como gancho publicitario de su ridículo y maniqueo cine, de la mano de los que despilfarran dinero público en plena Pandemia.

Fue el ínclito socialista Max Aub, el mismo al que el “trifachito” de Madrid le mantiene a su nombre una sala cultural en Madrid, el que desarrolla en el periódico socialista francés, “Vendredi”, un relato de lo sucedido en el Paraninfo de la Universidad de Salamanca el 12 de octubre de 1936 que no es más que mera propaganda frentepopulista, propaganda “roja” que ahora, después de tanto tiempo, viene a resucitar Menchón, de la mano de las subvenciones de la trola.

En la reseña de dicha información falsa que recoge el diario ABC incautado por el Frente Popular, en la fecha de 27 de enero de 1937, se insinúa ya que “tal vez”, dicho incidente, hubiera provocado la muerte de Miguel de Unamuno, velada acusación que ahora, el socialista Menchón viene a ratificar y a confirmar con su relato subvencionado, cual mini-Amenábar del cazo y de la mentira.

Dicho ABC incautado, quizá porque el dato de la fecha del “incidente” le venía mal dado por “Vendredi”, afirma que el día de marras fue el 1 de Octubre, y no el 12 del mismo mes, confundiendo lo que es el Dia de la Hispanidad con el de la Proclamación de Franco como “Generalísimo de los Ejércitos Nacionales” y nuevo Jefe del Estado.

En su afán, quizá, por atacar también a Unamuno, el ABC del Frente Popular resalta esa faceta misógina del intelectual, tan ocultada por sus apologistas, que se concreta en un ataque feroz contra las mujeres de la Salamanca del Alzamiento Nacional, como hizo con anterioridad en su vida, contra las andaluzas y contra las canarias. Mejor nos ahorramos el relato presuntamente unamuniano de dicha descripción femenina.

Continúa el relato frentepopulista definiendo a Millán Astray como el “Goebbels español”, descripción similar a la que hacía Unamuno contra el Fundador de La Legión, al que denomina reiteradamente de forma injuriosa como un Mussolini ibérico; para seguir afirmando que fue el profesor Bermejo el que afirmó, y no Unamuno como dijo Luis Portillo fantasiosamente, recogido por el igualmente subvencionado Amenábar, eso de que “Estamos en la Casa de la Inteligencia”.

El relato de la propaganda roja sobre el hecho adquiere tintes grotescos cuando afirma que la Esposa de Franco se desmayó por el incidente y que fue Pemán el que afirmó lo de “Mueran los malos intelectuales”.

El colmo es cuando se afirma que en el acto del 1 de octubre, que no del 12, Unamuno fue destituido de su cargo de Rector, cuando la realidad es que lo fue después del 12, y no por decisión de Franco, y menos de Millán Astray, del que se despidió cortésmente tras el acto, sino del Claustro de la Universidad de Salamanca, que es la verdadera responsable del lamentable fin académico de Unamuno, y de ahí su afán de co-subvencionar cualquier mentira cinematográfica que sirva para encubrir su triste realidad de purgadora de su antiguo Rector y de su adhesión sin límites al Alzamiento Nacional del 18 de Julio.

 

Continúa alucinándonos el ABC confiscado por el Frente Popular cuando afirma que “desde ese momento, la Junta de Burgos hizo vigilar estrechamente a Unamuno, haciéndolo acompañar por un agente de policía que no le abandonaba un solo paso, y había recibido orden de disparar sobre él, sólo por verlo poner un pie en el estribo de un coche….”. 

Parece ser que no se dieron cuenta que desde el 1 de Octubre, la Junta de Defensa Nacional, con sede en Burgos, ya había sido disuelta tras la proclamación de Franco el 1 de Octubre, pero es evidente que ahondan en la tesis de la búsqueda de un asesinato contra Unamuno.

En cuanto a la entrevista de Max Aub, de cuya realidad habría que dudar firmemente, pues dice el ABC que para llevarse a cabo hubo que burlar una vigilancia policial de dos horas, es preciso reafirmar que la que en cambio sí que tuvo lugar, en concreto, el 21 de octubre, y sin ningún contratiempo, fue con el periodista griego Kazantzakis, en cuyo relato de la entrevista publicada, así como en un libro posterior que recoge ese encuentro, no hay mención alguna al incidente del paraninfo.

En dicha entrevista, publicada el 14 de diciembre de 1936, a tres columnas y en portada, afirma el mencionado Unamuno algo que denota su posición desde el Alzamiento hasta su muerte, y esto es algo que no se puede poner en duda:

“En este momento crítico que está atravesando España, yo sé que debería estar junto a los soldados. Son ellos los que nos salvarán, los que impondrán el orden. Los otros nos han traído la anarquía y la barbarie. Franco y Mola son prudentes y tienen rectitud moral. Quieren el bien del país, son sencillos y equilibrados. Saben lo que significa la disciplina, y saben imponerla. No haga caso, no me he vuelto de derechas, no traicioné la libertad. Pero, por ahora, es absolutamente necesario imponer el orden. Después me levantaré y empezaré a luchar de nuevo por la libertad, absolutamente solo. No soy ni fascista, ni bolchevique. Estoy solo”.

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