Ya son catorce muertes, señor Caldera

Con las cuatro muertes recientes, la cifra de víctimas de la violencia de género -desde enero- asciende ya a catorce. Los datos son contundentes y los cuatro recientes asesinatos de estas mujeres son la mejor muestra de que los resultados no están siendo buenos y que se necesita mucho más que un paquete de medidas legales. Exige soluciones de hondo calado y a mayor largo plazo, empezando por educar en valores de igualdad y respeto.

El ministro de Trabajo y Asuntos Sociales ha asegurado en varios ocasiones que la Ley Integral contra la Violencia de Género está funcionando. La ley, señor Caldera, ha sido un fracaso, por mucho que su Gobierno pretenda ocultar la realidad bajo el manto de la retórica. Su aplicación está llena de fallos. Y ahora a Zapatero sólo se le ocurre anunciar que llevará el problema a una conferencia de presidentes autonómicos, lo que supone una forma de mirar para otra parte y aplazar un gran problema que no admite espera.

Además el hecho objetivo de que el 40% de las víctimas de este tipo de violencia y sus verdugos pertenecen a la población inmigrante debería ser suficiente para hacer una importante rectificación a los políticos de la "corrección" en sus análisis. No se trata de hacer conclusiones precipitadas ni demagógicas, si no que ha de ser tomado como una realidad sobre la que debemos reflexionar. Supone, por tanto, una razón más para intentar ayudar a los inmigrantes provenientes de sociedades con valores sustancialmente diferentes a la Europa actual, a integrarse en un espacio cultural en el que la igualdad entre el hombre y la mujer está abrumadoramente reconocida.

Vídeo del día

Abascal: “Hemos asistido a un bochorno internacional de consecuencias incalculables”