La convocatoria del PNV
Son incomodas las casi mil tumbas del peaje aberzale, solo parecen importar a sus allegados preñados de eterno dolor de ausencias y que no han curado el corazón. Hay que tener tragaderas para mandar a la mierda la conciencia, la ética y el sentido de la justicia; dedicarse al ande yo caliente y pasar página como si todo tuviese justificación; ahora que está el trabajo sucio casi terminado, dejadnos a nosotros que vistamos al muñeco para el nuevo escenario.
Las taifas minorías se adueñan del hábitat a base de gritos, presión a los pusilánimes y amenazas a los valientes; no olvidemos que mientras tanto duermen sus pistolas enterradas en manteca, latente comodín del perenne órdago de los asesinos y su pantomima. No entra en sus planes pedir perdón por las víctimas, tampoco aceptar preguntas en las teatrales ruedas de prensa, que más parecen de molino. Ante la última redada del entorno los detenidos se muestran ufanos y héroes por un día, una muesca mas, aunque descafeinada por la falta de sangre, para su curriculum de villanos.
Mientras tanto el Sr. Gallardón, tras cumplir presto las ordenes de Europa sin la menor protesta y liberar a los carniceros reunidos en el matadero para festejarlo, vuelve a dividir el país con su polémica ley del aborto, con la excusa de cumplir el programa electoral, presionando para no dejar libertad de voto dentro de su Grupo parlamentario, más bien creo que exige una cohorte de palmeros y debería asumir que desde el centro hasta la más rancia extrema derecha hay representación entre sus compañeros, además si no pueden expresarse libremente y en conciencia, para que se necesitan tantos coros y danzas patrocinados por el pueblo.
Creo que es más grave y debería prestarle mayor interés a blindar de una vez al poder judicial de las presiones y mangoneos del gobierno y conseguir su independencia, sin incluir militantes en el mismo. También resulta imprescindible dotar de medios y agilizar la administración de la justicia en los cientos de procesos abiertos a los políticos pringados en casos de corrupción que están consiguiendo que cada vez más la sociedad se aleje de sus dirigentes, rozando el desprecio generalizado hacia todos ellos. Por supuesto apoyar a los jueces que abiertamente y como héroes consiguen cumplir con su deber a pesar de las presiones que reciben por parte del poder establecido.
