La decadencia de un imperio

Bandera estadounidense y bandera chica con billetes de dólares.
Bandera estadounidense y bandera chica con billetes de dólares.

Inofensivo ante las amenazas, felón con sus aliados

El país de las barras y estrellas, hegemónico y sólido durante más de un siglo, inspiró respeto y lideró valores como la libertad, la democracia y la economía liberal, así como poderío militar e influencia política. El imperio del siglo XX comenzó a declinar, un 11 de Septiembre en que unos musulmanes radicales derribaron las Torres Gemelas, en el corazón económico de la mayor potencia del mundo. La decadencia es un tiempo que llega inexorablemente a cualquier imperio, por unas u otras circunstancias, generalmente por desconfianza en los nobles valores que lo hicieron crecer. Les ocurrió a los egipcios, cuna de la civilización, los griegos y su vasta cultura, luego serían los romanos, los árabes y el Islam, los españoles en el siglo XVI, tras descubrir América exportaron su cultura y valores, luego los ingleses con su poderosa flota mercante y naval, los franceses con su penetración en el sureste asiático y los EEUU en el siglo XX, gracias a su sociedad plural de acogida, convirtiéndose en poderío militar y económico.

Vietnam fue el primer aviso con su derrota ante el comunismo impulsado por la  URSS, pero sería la nefasta economía soviética la que termino derrumbándose y desapareciendo. Después de lo ocurrido en Afganistán en los últimos días, donde “El tío Sam” ha desertado de forma vergonzosa en su lucha contra el terrorismo, la dramática espantada de los occidentales abandonando a su suerte a los afganos y arrastrando a la OTAN en su huida, vislumbra un futuro desolador. Resulta que ha sido humillado por una tribu de fanáticos talibanes con pocas armas sofisticadas, anclados en la edad media pero con una convicción decisiva para imponer sus conceptos totalitarios y retrógrados, apoderándose del país en pocos días. Mientras que Occidente está en sus ocurrencias, agenda 20-30 y mantras progres sobre ecologismo que nos quieren vender como solución timorata a los problemas de nuestra sociedad. Recuerdo la pomposa y ridícula “alianza de civilizaciones” del ínclito y siniestro Zapatero con Erdogan.

Ahora se postula China, comunismo sin libertad que controla digitalmente a sus ciudadanos con la filosofía del gran hermano que todo lo sabe, cuya bandera roja con las 5 estrellas (jubiló la hoz y el martillo por obsoleto), es el mejor símbolo de lo que representa y ha recogido el testigo del moribundo yanqui, para erigirse en el nuevo “Puto amo”. Ya compró la mayoría de la deuda pública del Dólar e impulsa sus exportaciones a todo el mundo, almacena recursos estratégicos, controla la tecnología del futuro y las materias primas para tener la autonomía del nuevo imperio, rigiendo el nuevo orden mundial, que terminará aplastando a los disidentes y ni siquiera se librarán toda esta patulea progre que viven pensando que una “Arcadia feliz” es posible. La diáspora china en el mundo es evidente, y no desfallecerán en su empeño. Es posible que la lengua dominante en el mundo ya no sea el inglés, será el mandarín y el Covid-19 seguirá siendo un secreto de estado que contribuyó a la implantación del nuevo régimen controlado por un “politieboureau” de iluminados gerifaltes totalitarios elegidos a dedo. Muchos gobernantes occidentales han olvidado que la libertad y la seguridad tienen un alto precio irrenunciable, que ante las amenazas de fanáticos despiadados y bárbaros ancestrales, solo nos queda responder con los nobles valores y los medios expeditivos para eliminar las amenazas a nuestro sistema de vida que garantiza la igualdad y la libertad. Las fuerzas armadas que ponen tiritas y funcionan como ONG´s nunca amedrantarán a los depredadores.

 

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