Desbordante deriva autoritaria de Putin

Nicolas Maduro y Vladimir Putin, en diciembre en la residencia del presidente ruso a las afueras de Moscú.

Si  hay algo  que todavía  a estas alturas resulta incomprensible e insufrible es la existencia de elementos como Putin en Rusia y Maduro en Venezuela, salvando ciertos matices pero igualmente repudiables.

Centrándonos en el inquilino del Kremlin y esencialmente en su manifiesta incapacidad para afrontar el primer problema de su país, es decir,  el estancamiento de su economía, unido  al hartazgo de los rusos por la deriva autoritaria de su líder, pasa por mantenerse en el poder a cualquier precio.

Según  algunas encuestas (suponiendo que su credibilidad superen la credibilidad del actual CIS español a cargo del chef Tezanos) solo un 40% declaran  depositar su confianza en el citado Putin.

El rublo se devalúa, las inversiones extrajeras  no llegan y la creciente desigualdad social es palpable, incidiendo en un escenario cargado de pesimismo e incertidumbre, de ahí que la ciudadanía  comience a desafiar sus draconianas leyes  contra las manifestaciones.

Concretamente el  pasado sábado, la policía de Moscú detuvo a 700 personas por reclamar elecciones libres. Todo un ejemplo antidemocrático y en pleno siglo XXI. En las pasadas  elecciones presidenciales el líder arrasó, pero su popularidad ha comenzado a resquebrajarse y con sus soflamas "neoimperialistas"  no es suficiente…..¡¡Tiempo al tiempo!!

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