El día más bonito del año

Partamos de la premisa de que esto es un artículo de opinión: el Día del Libro es el día más bonito del año.

Existen tantas razones para afirmarlo como libros hay en el mundo. Por eso, ya desde el año pasado, me he propuesto publicar un libro el 23 de abril de cada año.

Los libros son tan valiosos que no deberían tener un solo día de reconocimiento al año, sino que su valor debería reconocerse a diario.

Un libro es un amigo, es un viaje, es un maestro, es historia, es ciencia, es la belleza de la poesía posada sobre nuestras pupilas arrebatándonos el miedo a lo imposible, es magia, hipótesis, alegría, tristeza, dicha, dolor, amor y muerte. Es todo eso y mucho más. Un libro es todo lo que queramos que sea.

Cuando te sumerges entre las acuáticas páginas de un libro bien puedes navegar en un mar en calma, oteando barcos piratas en el horizonte, o bien puedes quedar a la deriva en una rabiosa tormenta de amor imposible. Bien puedes fluir como un río en un sabio aprendizaje entre los brazos de Homero o caer por una ronca cascada de la locura en cualquier libro de autoayuda. Bien puedes quedarte en Madrid con Pérez Galdós o viajar a cualquier parte del mundo. En los libros, todo vale, como en el amor y en la guerra.

Y es que los libros también son un poco amor y un poco guerra, por eso debemos levantarnos el sombrero al saludarlos y agachar con respeto levemente la cabeza. Hay que cuidar los libros. Hay que amarlos.

Por eso, mañana, Día Internacional del libro, te animo a que compres libros. Uno, varios, cuantos quieras. Uno mío, si quieres (mi nuevo libro se llama "La fuerza del rayo" y firmo como Quike D-B) o de quien sea. Por suerte hay millones de títulos entre los que elegir.

Feliz día más bonito del año. ¡Feliz Día del Libro!