La división del PSOE
El nuevo Estatuto de autonomía de Cataluña, aprobado por el Parlamento Catalán, ha provocado una descarga de críticas desde las propias filas del PSOE. Una docena de dirigentes han advertido al Gobierno de Zapatero del grave error. Felipe González expresó que “en política territorial hay que recuperar espacios de consenso para ser fuertes, dentro y fuera de España”. Alfonso Guerra: “Son muchos los artículos del nuevo Estatuto que plantean problemas de encaje en la Carta Magna”. José Bono: “El artículo 2 de la Constitución sólo reconoce una nación, España; lo otro es un sentimiento”. José A. Alonso: “Según la Constitución no hay más nación, en el sentido jurídico, que la Nación Española”. Manuel Chaves: “No estoy de acuerdo con el Estatuto porque la soberanía nacional está en el Congreso de los Diputados”. Rodríguez Ibarra: “El modelo de financiación para Cataluña no es ético y su concepto de solidaridad, ofensivo”... Por otra parte José Alejandro Vara, a la afirmación de Zapatero de que tiene ocho fórmulas para demoler el término nación, dice: “Hablar en estos términos de algo profundamente severo como es la reforma de un Estatuto autonómico y su encaje en nuestra Carta Magna puede sonar a frivolidad sideral. Zapatero, al principio, era considerado un bambi de algodón, pasó luego a ser un político radical y temible para alcanzar, ahora, la categoría de frívolo inconsistente. Sus ocho soluciones mágicas tienen un innegable punto de improvisación y ligereza; ocho maneras de diblar a la Constitución Española para que “cuele” el término “nación” aplicado a Cataluña que, como todo el mundo sabe, es inconstitucional”. Ramón Pí asevera que “Hitler fue elegido en las urnas por un pueblo equivocado. Por eso los que han llegado al poder gracias a un error son muy peligrosos, porque pueden sentir la tentación de pervertir la limpieza de las elecciones futuras”.
