Donald Trump, un mal necesario
Unos aducen que ha sido un presidente «negacionista» y que el mundo será mejor si no repite mandato, otros que ha sido bueno para Estados Unidos y para el mundo.
Trump es el presidente de nuestra época que menos se somete a lo que dicen sus asesores. Quisieron quitarle el Twitter, pero dijo que no. No se deja asesorar. Se guía por su instinto y es lo que le ha conducido hasta la Casa Blanca y también, lo que ha enterrado su imagen pública y política ante el mundo entero.
Ha sabido hacer de debilidades oportunidades. Todos se reían de él. Obama dijo que nunca sería presidente. Es un presidente atípico. Busca conectar con el americano medio, el clamor popular y lo ha conseguido. Su mejor aval son los buenos datos de la recuperación económica antes y después de que comenzara la pandemia.
Pero también ha generado un desastre caótico en su gestión incompetente de la crisis del coronavirus en EEUU y no menos en la situación de los afroamericanos que se ha desatado con el caso de George Floyd.
Después de estos 4 años de mandato, por activa o por pasiva, todos los demás ciudadanos americanos y también del mundo, tenemos que vivir con las consecuencias de que él haya sido incapaz de tomarse en serio su trabajo, culminando con la bochornosa negación de su evidente derrota electoral.
Sinceramente, yo al principio creí que Donald Trump era necesario, que era el momento para él y para liderar algunos de los cambios que este mundo necesitaba, lo creí o lo deseé, ya no lo sé. Pero he sentido vergüenza con sus continuas banalidades y una gran desazón por su habilidad para enfrentar a unos contra otros.
Lo mejor de Trump es que va a acabar uniéndonos a todos… unos contra él y otros con él. Sigo pensando que Donald Trump ha sido necesario… un mal necesario.
