La educación y el miedo a la libertad

En el debate abierto sobre educación se parte en mi opinión de algunos planteamientos equivocados. Como si se tuviera miedo a la libertad. Así, se contrapone educación laicista con que haya clases de Religión de elección voluntaria, como si ambas cosas no fueran compatibles. Lo ideal es que haya libertad, y que se pueda escoger tanto una enseñanza laicista, como clases de Religión y una educación fundamentada en un sentido religioso de la vida. Este es un derecho que garantiza la Constitución y que se sustancia con la existencia de centros concertados con diferentes idearios. Y asignaturas optativas, dadas con rigor e integradas en el currículum escolar, las ha habido y hay en todos los planes de estudios. También se suele contraponer el derecho a la educación en igualdad de oportunidades para todos, con la libertad de elección del centro docente. ¿Y por qué no van a ser posibles ambas cosas? La búsqueda de la excelencia presupone el intentar igualar a todos por arriba y no por abajo. Me parece que en el fondo de este debate subyace la idea de que los males de la enseñanza pública tienen su origen en la enseñanza privada. Y no es así. El deterioro de la enseñanza tiene otras causas y afecta tanto a los centros públicos como a los concertados; y unos y otros en colaboración han de buscar las soluciones.

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