La educación del príncipe Felipe de Edimburgo

Felipe de Edimburgo.
Felipe de Edimburgo.

La muerte a los 99 años del príncipe Felipe, duque de Edimburgo y marido de la reina Isabel II de Inglaterra, está generando en los últimos días muchos titulares. No en vano, se trata del consorte más longevo de la historia de la monarquía británica y ha sido protagonista de excepción de la historia del siglo XX. Pero además de este dato meramente biológico, todos los periódicos insisten en subrayar su lealtad a la reina a lo largo de todo este tiempo, 73 años, su sentido del deber, así como su elegancia impecable english style. Mientras tanto la prensa del corazón, más preocupada por la vida privada de la familia real, destapa su rigorismo y cuestiona su comportamiento hacia sus hijos y nietos. Todo el mundo espera con impaciencia ver la foto de familia el día de su funeral que tendrá lugar el sábado 17 de abril en la capilla de San Jorge del castillo de Windsor.

Pero lo que a mí más me llama la atención son los primeros años de formación del príncipe Felipe en el internado Gordounstoun en Escocia antes de la Gran Guerra. Aquella escuela, fundada por el pedagogo Kurt Hahn, proporcionó al duque de Edimburgo los valores que contribuyeron a forjar su carácter y personalidad. De hecho su primogénito, el Príncipe Carlos, fue matriculado también en la prestigiosa y durísima escuela para recibir la misma preparación que él tuvo. Sin embargo, sabemos, y la serie The Crown ha destripado este culebrón, que el futuro rey de Inglaterra, no lo pasó muy bien en aquel internado. Gordounstoun no es para todos, pero lo que sí que es cierto es que la fama de esta escuela ha corrido como la pólvora.

El príncipe Felipe, aprendió en Gordounstoun que la disciplina y la libertad no son contradictorias. Que el esfuerzo y el sacrificio forman parte del aprendizaje de la vida y que, por tanto, no hay que evitarlos. El programa educativo de Kurt Hahn no ocultaba esta dimensión y preparaba a sus alumnos desde que se levantaban a forjarse en esta batalla. Ducha fría y a correr antes de poder sentarse a desayunar. Entrenamiento físico y espiritual para poder templar el alma de los jóvenes estudiantes, porque las virtudes no brotan de forma espontánea.

La naturaleza de este internado ha sido también noticia en los últimos meses porque la infanta Leonor irá a terminar sus estudios de Bachillerato a uno de los centros que forman parte de la red de los colegios que fundó Kurt Hahn. Su padre, el rey Felipe VI también se educó en un colegio con este ideario en Canadá, así como la reina emérita Sofía que lo hizo después de la segunda guerra mundial en el colegio Schloss Salem (Alemania). Colegios con los mismos principios y valores de liderazgo y solidaridad con los que se formó el recién fallecido duque de Edimburgo.

El método educativo de Kurt Hahn se sintetizaba en el siguiente lema: “Plus est en vous”, es decir, “hay más en vos”. De hecho su objetivo no consistía sólo en ayudar a los alumnos a preparar los exámenes, sino en prepararlos para la vida. Este es, sin duda, el examen más importante. Y esta preparación, no nos engañemos, es lo que todos los padres queremos para nuestros hijos. Cada día somos más las familias que buscamos colegios que puedan ayudarnos a educar a nuestros hijos en valores. Modelos educativos que contribuyan a sacar lo mejor de ellos mismos y que, a su vez, puedan no sólo motivarles, sino también a ayudarles a descubrir sus capacidades para que puedan algún día llegar a transformar la sociedad de forma positiva

 

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