El secuestro

Pedro Sánchez, en un acto del PSOE.

PS = Pedro Sánchez, que él lo llama Partido Socialista. Nada que ver con el PSOE.

El PSOE que conocimos está secuestrado, totalmente desfigurado en todas sus formas, dimensiones, principios y sillones; sus fanáticos abducidos. Ni contenido ni forma alguna de lo que fue. Ahora es PS, Partido de los pedrineS; con mando en plaza, dictado al canto, figurante único, servidores todos y contenido nulo.

Mensajes a la bajura del mensajero: vacío, simplón, elemental, rudimentario, huero y hueco, tan vano que ni se le tropieza; despoblado de ideas como los pueblines de media España. El Estado de PS es grande, inmenso, sin límites; lo invade y ocupa todo, para ello es interventor y confiscador. Necesita dinero del trabajador que tiene que alimentar el macro-Estado insaciable. ¡Pobres contribuyentes ahogados a impuestos!

Palabrería de diarrea mental: “somos el futuro” (los demás son el pasado), tan vacío como ese irreal futuro aún inexistente que lo tenemos sembrado de lo que hay: deuda, paro, peligro, desconfianza, violencia contra los otros, inseguridad y retroceso en todos los parámetros de lo necesario.

Jamás oímos tanta simpleza, tanta elementalidad, tanta ignorancia junta, tanto esponjamiento para pintar su endiosamiento.

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Y nos llega su manifiesto por buzoneo. Leemos y llegamos al final de tan simplona misiva para encontrarnos a España contradicha y contrahecha, insultada en múltiple repetición. ¡Qué mal suena y qué pobre luce España en esa carta; rechina, chirría, protesta, pega, azota los oídos y la vista del lector. Pocas veces España tan maltratada como en ese panfleto de PS a los votantes de todo menos PS.

Nos ha espantado, nos ha revuelto las tripas y retorcido el corazón patrio. ¿Cómo se atreve este sujeto a invocar tan en vano, tan soez y repetitivamente el nombre glorioso de España?

También secuestrada España y la expone así a su burlona palabrería de cínico patán sin escrúpulo; ¡¡Pobre España que parió a este sujeto sin mente y sin seso, para su propia desgracia!!

Y le siguen turbas abducidas por lo vano…

Drociano