Las elecciones presidenciales 2020 de Estado Unidos: ¿Las más íntegras de la Historia de ese país?

La Universidad de Harvard, en concreto la Escuela de Gobierno “John F. Kennedy” acaba de lanzar un adelanto de su estudio (PEI-2020) sobre la Integridad electoral de las elecciones presidenciales en Estados Unidos de noviembre de 2020.

Se puede descargar en los siguientes enlaces:

https://www.hks.harvard.edu/publications/electoral-integrity-2020-us-elections 

https://www.dropbox.com/s/7hhxoltyq4nmdd1/PEI-US-2020%20Report.pdf?dl=0 

Dicha Escuela de Gobierno autodefine su estudio “Electoral Integrity Project” como “an independent non-partisan scientific research project based at Harvard University” (un proyecto de investigación científica independiente y no partidista con sede en la Universidad de Harvard).

En este sentido hace unos días publiqué un artículo en Confilegal relativo a dichas elecciones, titulado “Dudas en torno a la integridad de las elecciones presidenciales estadounidenses”, que se puede consultar en el siguiente enlace:

https://confilegal.com/20201122-opinion-dudas-en-torno-a-la-integridad-de-las-elecciones-presidenciales-estadounidenses/ 

Para su análisis y redacción me basé en los datos científicos de elecciones previas tanto presidenciales como legislativas publicados por los Informes PEI de la Escuela de Gobierno “John F. Kennedy” de la Universidad de Harvard, donde destacaban sobre todo la elevada vulnerabilidad y debilidad electorales de los Estados como Wisconsin, Arizona, Georgia, Michigan y Pensilvania que hipotéticamente habrían decantado las elecciones para el aspirante Biden.

Mi principal conclusión fue que, con esos antecedentes electorales tan poco íntegros, el caldo de cultivo era el ideal para llevar a cabo un giro electoral en la noche de las últimas elecciones presidenciales, tan inesperado como explicado por lo anterior. En particular, el Estado de Georgia era considerado en los estudios previos del 2018 una zona de baja integridad electoral (49), por dejado del 50 sobre 100.

 

Ha pasado un mes desde las elecciones y desde entonces aún no ha sido proclamado el nuevo Presidente de los Estados Unidos de forma oficial; el presunto Presidente saliente, Donald Trump, intensifica sus quejas, el Pueblo soberano no deja de protestar en las calles por los resultados y lo más significativo para mí, la Escuela de Gobierno John F. Kennedy de la Universidad de Harvard, la más prestigiosa de ese país, no manifestaba su posición oficial al respecto de las presuntas irregularidades electorales cometidas o no en el proceso electoral indicado.

La coordinadora del estudio, la prestigiosa Profesora Pippa Norris, en su cuenta oficial en Twitter https://twitter.com/PippaN15, no dejaba de manifestar abiertamente sus quejas e inquinas contra el Presidente Trump, y en concreto, por el afán presidencial de poner en duda la integridad del proceso electoral, algo que, por otro lado, siempre han concluido los informes previos que ella misma había coordinado y que son fácilmente verificables en Internet. 

Y así, hasta que por fin se ha publicado un adelanto de su estudio sobre la integridad electoral de las Elecciones presidenciales del 2020 y, cuál ha sido mi sorpresa, que lo que antes era una elevada falta de integridad es ahora un ejemplo de integridad electoral en los cinco Estados en disputa. 

He de reconocer que no me podía creer estos estudios anticipados sobre el 2020; ese giro en la integridad electoral copernicano era algo verdaderamente antiacadémico y es por ello que acudí a la investigadora Pippa por twitter, para que me explicara las razones.

En el siguiente enlace se puede ver el hilo de la conversación mantenida:

https://twitter.com/GuillermoRocaf1/status/1333520444884971520 

En nuestro intercambio de tweets le pregunto a Pippa sobre las razones del cambio de tendencia en el 2020 y sobre todo por la mejora del índice de integridad electoral en la siguiente secuencia de datos del índice INDEX PEI que es la siguiente: 2012 (63), 2014 (62), 2016 (59), 2018 (66) y 2020 (79), y su respuesta se centra en que ahora “The 2020 index had some additional new ítems” (El índice 2020 tiene algunos elementos nuevos adicionales…). Vayamos a los datos.

 

Datos de 2012, 2014 y 2016:

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Datos de 2018:

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Datos del 2020:

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Si analizamos, por ejemplo, el índice que mide la integridad de las leyes electorales a nivel agregado de todos los Estados Unidos, vemos que se ha pasado de un 47 en el 2018 a un 62 en el 2020. En cuanto a los procedimientos electorales, estamos ahora rozando la excelencia, llegando en el 2020 al 91 sobre 100.

La demarcación de los distritos electorales sigue siendo un problema en el 2020, pero parece mejorar. Por su parte, el registro de votantes aumenta su índice de integridad electoral en 17 puntos de 100 en los dos últimos años, y el proceso del voto en 13 puntos. En cuanto al conteo de los votos, según el informe del 2020, la mejora es de 8 puntos con respecto al 2018, a pesar de que aún no sabemos los votos definitivos en algunos Estados, mientras no dejan de aparecen miles de votos perdidos, y ya, lo que más chocante en la valoración del 2020, es la mejora en la valoración hacia las autoridades electorales, en 14 puntos, de 73 a 87.

Pero es que no sólo debemos interpretar esta “mejora electoral” en términos internos de Estados Unidos; es que, además, vemos cómo Estados Unidos, con un PEI de 79 en el 2020, se ha disparado en el ranking mundial de la integridad electoral, si lo vemos en la siguiente tabla del 2012-2017.

Ahora ocuparían el número 2 en mayor integridad electoral en el Continente Americano (solamente por debajo de Costa Rica) y en Europa se ponen a la altura de Suiza, sólo superada por las naciones germánicas y nórdicas. 

Un verdadero milagro electoral, si no fuera porque la realidad y la controversia existente nos traslada unos indicios y evidencias que no casan con los precitados datos.

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Por su parte, según el informe PEI 2020, con respecto al del 2018, los Estados en disputa en estas últimas elecciones presidenciales (Wisconsin, Arizona, Georgia, Michigan y Pensilvania) han experimentado una evolución de mejora en su integridad electoral verdaderamente “sospechosa”.

Los PEI 2020 en estos Estados se han colocado prácticamente a la par de la media nacional al objeto de que no haya sospecha de falta de integridad electoral en los mencionados que pueda enturbiar el triunfo electoral presidencial de Biden, a mi juicio.

Datos de integridad electoral 2018 de los Estados más disputados en las elecciones del 2020:

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Datos de integridad electoral 2020 de los Estados más disputados en las elecciones del 2020:

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En concreto, Georgia ha aumentado 25 puntos en su PEI index de estas elecciones, pasando del suspenso al notable, de 49 a 74. En concreto, la ley electoral de este Estado ha aumentado 24 puntos en su valoración favorable, pero es que además los procedimientos electorales han mejorado de 38 a 87, esto es, 49 puntos en dos años. El registro de votantes ha experimentado una mejora de 29 puntos, el conteo de votos en 24 y las autoridades electorales han pasado de 33 a 89 (46 puntos). Un verdadero milagro de integridad electoral es ahora Georgia.

El resto de Estados en disputa han tenido elevadas mejorías, pero no tan acusadas, destacando sobre todo las leyes electorales, los procedimientos electorales y las autoridades electorales, estando estos dos últimos indicadores específicos en el sobresaliente, o rozándolo (obviando toda la tensión política que hay en la actualidad). Sólo suspenden en el 2020 (eterna queja electoral de los “Democrátas”) la delimitación de los distritos electorales (District Boundaries). En el resto, el aprobado es casi generalizado, cuando menos, destacando el registro del voto, con unas cifras de integridad electoral claramente mejoradas.

Sinceramente, creo que este Informe sobre la integridad electoral 2020 encubre una realidad cenagosa; estamos ante un estudio académico que blanquea un proceso electoral que hace aguas por todas partes, como un Titanic que se hunde; los nuevos indicadores no puede creérselos nadie, y lo peor de todo, creo que encubren la antesala de un nuevo régimen político en Occidente que si no se arregla puede definirse como de “Dictadura Electoral Perfecta e Indexada”.

Guillermo Rocafort

Analista Internacional

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