La erupción y el vulcanismo canario
Para cualquier geólogo la erupción de La Palma tiene algo de orgasmático y es una danza de siete velos de Ishtar totalmente sugerente. Se puede mirar hipnotizado las imágenes de la lava comiéndose todo lo que encuentra a su paso con auténtico deleite.
Luego se piensa en los afectados y en la gente que lo ha perdido todo y uno se siente mal, culpable. Pero si mira otra vez las imágenes, se olvida de todo y disfruta. Terrible.
¿Por qué hay vulcanismo en La Palma y, por extensión, en Canarias? Es un tema con algo de misterio y se ha logrado, con éxito, decir qué NO es. Se sabe que no hay ninguna placa que se mete debajo de otra, tipo los Andes y Nazca, ni responde a un caribeico arco-isla. Una definición es una negación de todo lo demás, pero, la verdad, con eso se avanza menos que en una tertulia televisiva.
La culpa es de los geólogos y la geología. Mientras que en el resto de ciencias se cumple aquello de poder replicar el experimento y de que sea falsable (Popper dixit), la geología se basa en teorías que más o menos cuadran con la realidad pero que no son, en absoluto, replicables. ¿O es que acaso alguien ha visto el plano de Benioff? ¿O se vio llegar al satélite que remató los grandes bichos? ¿Alguien ha salido al espacio exterior para ver si existe el planeta Némesis y la nube de Oort alterada por dicho planeta? Por ejemplo, las grandes plataformas carbonatadas (las que luego darían lugar a los acantilados de Dover, su defensibilidad frente a un posible ataque alemán, el día D y toda esa vaina) no existen en la actualidad.
Vamos, que el proceso no solo no es replicable sino que además no se da hoy en día y que solo se puede imaginar.
Y es que imaginar posibles y posibilidades es parte del ADN de lo que se estudia en Geología. Por eso hubo unos años en que hornadas de geólogos eran contratados como programadores a los que no importaba revisar una y otra vez el código e inventar nuevas teorías.
Parte de esto es culpa del meteorólogo alemán que dio la vuelta a la geología. Ni siquiera era geólogo y bajó de su sitio a todos los pontífices de la ciencia.
A lo que vamos: ¿por qué hay vulcanismo en canarias? De entre todas las teorías, hay una que cuadra bien salvo que el caso canario presenta algunas anomalías importantes. Se trata de la teoría de Wilson (no el de las raquetas, sino otro) del punto caliente. En ella, el magma sale de un lugar pero el lugar de salida está en movimiento (en este caso, la corteza oceánica). Pondré dos ejemplos:
1) imaginemos una máquina de escribir y un rayo de sol que entra por un ventanuco y que ilumina solo la parte alta de la máquina, no la máquina en sí sino los papeles que se escriben en ella. Si escribimos la palabra “Lanzarote” y luego hacemos rotar el rodillo y ponemos “Fuerteventura” y así sucesivamente, ¿cuál es la palabra que más tiempo ha estado al sol y, por tanto, la más afectada? Sí, Lanzarote.
2) Otro ejemplo: si escupimos sobre una hoja pero un niño travieso mueve la hoja… Maldecimos nuestra suerte y volvemos a escupir. Sin embargo, el lapo no caerá sobre el mismo lugar.
Ambos ejemplos son replicables y muy científicos, salvo que el segundo es un poco cochino. Pero científico.
En Canarias, las islas más nuevas son las occidentales y las más viejas las orientales. Entre una y otra, unos 17 millones de años y todas las islas de en medio. La teoría cuadra muy bien, salvo que hay algunas anomalías. Yo solo me acuerdo de dos, aunque es probable que haya más:
1) Anomalía del Timanfaya: según la teoría, una isla vieja y erosionada (sin montañas que paren los alisios) no debería expulsar nada, pero Lanzarote lo hizo y con ganas.
2) Anomalía de la Gomera: ¿cómo es que hay vulcanismo en Tenerife y no en La Gomera?
Son pegas fuertes pero que no anulan la teoría, no del todo, y se pueden medio explicar con cámaras magmáticas subyacentes, con la influencia y extensión del atlas africano y suponiendo que el caso canario es el resultado de bloques que se elevan o hunden.
Queda en el tintero hablar sobre la preferencia de los guanches por lo sálico de cara a suicidarse, el tamaño y forma de las protoislas, el futuro geológico de las canarias y más cosas.
Esto de La Palma se parece un poco al cometa Halley. No vi la otra erupción y es probable que no vea la siguiente. Pero no puedo evitar disfrutar con esta. A pesar de los daños.
