El español dominante
Mis reflexiones en estos momentos se centran en intentar encontrar una respuesta al extraño, en muchos casos, comportamiento de los españoles. Un comportamiento que se muestra indistintamente tanto en la izquierda como en la derecha.
Partiendo de la premisa que generalizar es de por sí malo no es menos cierto que los elementos que nos configuran como “rebaño” parten de unas líneas básicas que nos definen y nos identifican.
La situación actual es de quiebra. Quiebra como nación, quiebra política e institucional y quiebra económica.
Lo esperpéntico es que el personaje que nos ha abocado a este abismo, siendo el problema, pretende además ser la solución.
Los comportamientos sectarios y gregarios fruto de la ignorancia imperante o de la mala fe de grupos como los artistas de la pegatina, los sindicatos ideológicos o los grupos que atacan a las instituciones a cuenta de los procesos judiciales contra el señor Garzón, apoyan este esperpento.
La utilización de la ideología como arma pretende imponerse de nuevo y demuestra hasta que punto la ignorancia se impone entre nosotros
A todo este panorama se suma la acción destructora de unos medios de comunicación que, salvo algunas excepciones, tratan de sacar tajada del cadáver o lo que es peor, convertirnos en cadáver para poder sacar tajada.
Los españoles no reaccionamos, preferimos optar por la queja anónima, en voz baja, y seguir arropados por la inercia del grupo. Sencillamente estamos abandonando el espíritu crítico que nos define como ciudadanos libres.
