La extrema violencia de la izquierda en las calles de España

Manifestantes de los CDR tratan de acercarse al Parlament.
Manifestantes de los CDR tratan de acercarse al Parlament.

Durante las cuatro últimas décadas hemos vivido en España un proceso de radicalización violenta de una parte de la población del que muy poco se habla. Es un fenómeno que también se da en otras Naciones desarrolladas pero que con nosotros se ha cebado especialmente.

La pregunta debe ser: ¿Se usa y abusa de la violencia política selectiva en España?

La respuesta es un rotundo sí.

Hay partes de España donde sales a la calle con un símbolo español y lo más probable es que resultes linchado por las turbas “antifas”.

Esos lugares son Vascongadas, Cataluña, Navarra, Galicia, Baleares y cada vez más en otros lugares de España, incluida Zaragoza, donde fue asesinado Don Víctor Laínez al llevar unos tirantes con la bandera española por el reincidente antifa chileno Rodrigo Lanza.

De esto tratará este artículo, porque aquí estamos en el núcleo de muchos de los males de nuestra Nación y es un tema del que debemos hablar y tomar conciencia.

En España existen infinidad de milicias de extremistas violentos de izquierdas, desde los llamados “antifas”, pasando por el Mundo Batasuno, hasta los llamados “CDR” (Comités de Defensa de la República Catalana), que ya están ocupando importante parcelas de poder, muy bien financiados por los oligarcas del NOM (Nuevo Orden Mundial) y que se caracterizan por aterrorizar y agredir a importantísimos colectivos de españoles, como los católicos y los patriotas que aman a su Nación, y esa violencia sistemática es prácticamente hurtada a la opinión pública.

En Francia se está promoviendo políticamente la disolución de estas milicias “antifas”, consciente de la gravedad de sus comportamientos, a instancias del Partido Político de Marine Le Pen, Reagrupamiento Nacional, así como también el Presidente estadounidense Donald Trump está promoviendo que se les declare como organización terrorista doméstica en su país.

Los hemos visto en acción en España, perfectamente organizados, encapuchados, con su armamento de guerrilla urbana, acorralando a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, con enorme impunidad y con la simpatía de influyentes creadores de opinión pública.

 

En las calles españolas hay un importante segmento de la población que está condenado a no poder expresar su sentimiento patriótico y religioso, porque hay bandas violentas que campean su violencia extremista de la Izquierda impune.

La violencia se ha usado como herramienta política para amedrentar al adversario, para agitar a sus bases…, lo reconoció el propio José Luis Rodríguez Zapatero ante Iñaki Gabilondo en una entrevista pública en televisión,… “nos conviene elevar la tensión…” y el periodista le dio la razón y le animó a ir por ese camino.

Un Presidente del Gobierno como el indicado socialista que en vez de calmar los ánimos del Pueblo español es capaz de echar leña al fuego del enfrentamiento político es un completo irresponsable.

España lo que necesita es calmar a su población y no exaltarla, porque esa exaltación al final ha tenido consecuencias muy trágicas a lo largo de nuestro devenir. Desatar las pasiones y rivalidades políticas bajo este Sol abrasador que hay en España al final nos devolverá de nuevo a la catástrofe y a un enfrentamiento civil.

El escritor e investigador Don Víctor M. Pérez Velascoha analizado esta cuestión desde un punto de vista científico en su libro “Prendiendo la Mecha. Violencia política en la España actual” (Editorial Sepha. Octubre 2012).

Su estudio concluye que una Nación como la Española con semejante violencia política interna está incapacitada para poder avanzar en el futuro.

El autor ha analizado la violencia política en todos sus grados, desde la más suave (el insulto) a la más grave (la agresión física) y ha tabulado las agresiones provocadas por la Izquierda y los Independentistas en España durante el periodo de 2007/2011, tomando como referencia las que tuvieron su eco en los medios de comunicación (las menos), e incluso ha llegado a efectuar una estimación de las agresiones reales sufridas al año (más de MIL).

Estamos ante una pandemia violenta que se ha cronificado en nuestra Sociedad; se ha naturalizado como algo normal y ni siquiera se habla de ello.

Fíjense que como bien señala el autor ni siquiera hay estadísticas policiales sobre este grave asunto.

Esta violencia política ha sido especialmente intensa en nuestros territorios calientes, como Vascongadas y Cataluña, pero desde hace años se está desperdigando al resto de la Nación, como he indicado anteriormente.

Entre las causas de dicha violencia, nos aporta el autor:

  • El excesivo adoctrinamiento que sufrimos en forma de odio visceral a todo lo que representa España y nuestra Tradición Católica, y los exitosos réditos políticos que genera.
  • El silencio que aplican los medios de comunicación a este asunto, especialmente los de carácter izquierdista.
  • La inoperancia de la Justicia española, en especial la Fiscalía, con lo que por mucho que se esfuerce la Policía, a los violentos de izquierdas les sale barato su comportamiento agresivo.

Don Víctor M. Pérez Velasco nos habla incluso de la España actual como “construcción social de la agresión”.

Existen casi cuatrocientos crímenes de ETA, la mayoría de ellos de militares y de policías, sin esclarecer su autoría y pareciese que el Estado Español ha renunciado a encontrar a los culpables, cuando tenemos la certeza que algunos de esos pistoleros están hoy ocupando cargos representativos en instituciones locales y autonómicas vascas y navarras e incluso estatales.

En lo que a mí respecta, llegué a interesarme por este asunto cuando me alcanzó de forma directa y personal.

Anteriormente tenía testimonios de amigos y conocidos sobre agresiones, como la de un Policía Municipal que siendo joven le tiraron a las vías del Metro de Madrid por llevar una pulsera con la bandera española, o la de un Teniente del Ejército Español que en el Centro de Madrid casi le matan cobarde y traicioneramente por llevar en las zapatillas la bandera española, o la agresión que sufrió un local de encuentro de Veteranos de las Fuerzas Armadas, “El Rincón de la Legión”, un doce de Octubre del 2013, sólo porque celebraban la Fiesta Nacional.

Para más información sobre esta última agresión de la Izquierda, visite la web: https://www.elmundo.es/madrid/2013/12/02/529c6194684341a45e8b457d.html

En todos los casos descritos, el “modus operandi” fue siempre el mismo; la agresión la realiza un grupo numeroso, en forma de estampida, con la cara encapuchada, con objetos contundentes, aplicando la máxima violencia a los que atacan en forma de estampida.

La cobardía es la nota dominante, buscando siempre el hacer el mayor daño posible. Da igual que haya ancianos e incluso niños y carritos de bebés; es una violencia que carece de cualquier tipo de contención. Es una violencia desaforada. Es puro linchamiento al que cogen desprevenido y aislado.

Y así fue que hace seis años fui a dar una Conferencia de Economía a una Asociación legalmente constituida de Salamanca y viví uno de estos episodios en primera persona.

Después de comer en la plaza mayor de dicha ciudad con los organizadores y al dirigirnos andando al lugar de celebración de dicha conferencia, sufrimos el ataque de unos cuarenta encapuchados, que gritando como exaltados y tirando adoquines, querían lincharnos.

Proveídos de maderos, estacas y barras de hierro se aproximaron hacia nosotros, apenas seis personas, y cuando el linchamiento era inminente, providencialmente hicieron acto de presencia varias dotaciones de policía que detuvieron a los agresores.

Léase el relato de lo sucedido por la prensa local en el siguiente enlace:

https://www.lagacetadesalamanca.es/hemeroteca/profesor-universitario-denuncia-linchamiento-parte-antisistemas-BRGS142201

Investigué al instigador de aquella turba y era un hombre (fue condenado por los hechos) que trabajaba como animador de niños en el Ayuntamiento de Santa Marta de Tormes. Así es como tienen acceso a colectivos de menores en situación de especial vulnerabilidad, que es donde pescan a los activistas “antifas”.

Hablé con el Alcalde de dicho Municipio (del PP) y le informé personalmente de lo sucedido. No tomó ninguna medida contra el violento el cual siguió en su puesto hasta que recayó la sentencia condenatoria por lo sucedido. Actualmente dicho sujeto, ya desenmascarado, colabora como “formador” de jóvenes con la Generalidad Catalana.

Otro de los promotores de mi linchamiento, que fue finalmente también condenado, era hijo de una Fiscal Jefe de Tenerife, a quien tuve ocasión de dirigirme en un programa televisivo local de dicha Isla en el relato de los hechos sucedidos.

Véase el programa en el enlace: https://www.youtube.com/watch?v=b1EsuaGjub8

Estamos por tanto ante una especie de “meta-estructura social” que garantiza la violencia política en España y que además se nutre directa y abundamentemente de los presupuestos públicos, de nuestros impuestos, mediante el uso de todo un entramado público, teóricamente asistencial y altruista, para formar y captar a sus milicias “antifas” mediante agentes de la subversión y de la desestabilización que están muy cercanos a los círculos del poder institucional.

Otro enfoque importante de este asunto fue el tratamiento informativo que se le dio al incidente que sufrí; al principio, se planteó como una pelea entre grupos políticos antagonistas (el modo habitual de abordar este tema por la prensa escorada a la izquierda) y tuve que llamar a varios medios locales para dar mi versión de los hechos, versión que ha sido ratificada en sentencia penal, y así conseguí que algunos de ellos ajustaran su versión a lo que realmente sucedió.

Otro frente que se abrió fue el judicial, tras el incidente violento, donde no fue nada fácil conseguir una condena de la Justicia a estos hechos de violencia política selectiva.

Incomprensiblemente el Juez derivó este asunto del delito a la simple falta. Aun así, fue algo heroico arrancar una condena a la Justicia para los responsables, pues disfrutan de los típicos abogados “progres” y de alto standing, pero al final se fueron con sus condenas por faltas de daños y coacciones y ya están marcados como lo que son, pura delincuencia política callejera.

Lo sorprendente es que en Salamanca, ciudad del saber y del conocimiento, hubiera esta violencia “antifas”, pero es así; en todo caso, el incidente y el posterior tratamiento judicial y mediático ha servido para ser en parte evidenciada, neutralizada y descabezada, y así Salamanca respiró un poco más tranquila de aquella jornada de tintes dramáticos y criminales.

Por su parte, la Izquierda aplica sistemáticamente una política de justificación de su violencia y de auto-victimización cuando son objeto de una reacción; ellos son siempre los agredidos. Así hay que interpretar las presuntas agresiones sufridas recientemente por Don Juan Carlos Monedero en Sanlúcar de Barrameda, donde al final se ha descubierto que él ha sido el que inició la provocación, así como la experimentada por la Ministra de Trabajo, Doña Yolanda Díaz Pérez, en la Ciudad de Toledo, desde su coche oficial blindado y con protección policial desde el principio.

Si lo comparamos con el escrache que sufrió Doña Cristina Cifuentes o a más a más, el diputado derechista de Chile Don José Antonio Kast, esta auto-victimización que he relatado nos debe producir verdadera hilaridad. 

Véase la agresión sufrida por el Señor Kast en:

https://www.t13.cl/videos/politica/video-relato-violenta-agresion-jose-antonio-kast

Por otra parte, estamos viendo imágenes desde Estados Unidos donde “los antifas” de allí están llevando a cabo verdaderos linchamientos en las vías públicas contra sus oponentes políticos e impunemente están atacando de forma sistemática todas las estatuas que pueden, pero es que si nos fijamos en lo que ha pasado en Chile vemos que incluso se han provocado incendios de edificios públicos con total impunidad, como Iglesias Católicas.

Las Policías de ambos países son objeto de todo tipo de agresiones de extrema violencia por parte de la Izquierda, en especial Carabineros de Chile. Las imágenes del autobús de la Policía chilena rodeada de la turba antifa es tan impactante que parece más propia de la serie apocalíptica “Walking Dead” (Véase https://www.youtube.com/watch?v=HgIEXTCQ3X8) o incluso hemos visto como los “antifas” tiraban bombas molotov sobre Mujeres Carabineras en Chile (véase https://www.youtube.com/watch?v=z495JuKkh0Q ), sin que ninguna feminista haya protestado por ello que yo sepa.

Son imágenes verdaderamente aterradoras.

En España los hemos visto actuar durante la Pandemia en las pacíficas caceroladas en el barrio madrileño de Moratalaz, agrediendo a las personas mayores que legítimamente protestaban, siendo especialmente condenable el intento de linchamiento a un taxista por defender a su novia de los ataques de la turba, y en todo momento en Cataluña, donde los CDR han aplicado medidas terroristas de desestabilización de nuestra Nación, desde el corte de carreteras y de las vías del AVE hasta agresiones directas en las calles catalanas. Buscan generar un clima de terrorismo y el Estado Español no es capaz de neutralizarles.

Sin embargo, llama la atención de cómo la presión policial se centra más en elementos denominados  ultraderechistas que en “los antifas”, lo cual no responde correctamente a los datos de la verdadera autoría de la violencia política en España, evidencia empírica que me hace concluir que las instrucciones políticas y judiciales existentes de los sucesivos Gobiernos “democráticos” en España es apretar muchísimo más en un lado que en otro.

Como muestra de lo anterior, dos simples botones informativos:

  1. “La Policía detiene más neonazis que antifascistas en Madrid”: https://www.elespanol.com/espana/politica/20170107/184231932_0.html
  2. “La Policía aprieta más por la derecha”: https://www.elmundo.es/madrid/2013/11/18/5289354d0ab74076548b4572.html

Prueba evidente de lo anterior, es decir de esta asimetría en la respuesta de los poderes públicos a la violencia política, es el tratamiento judicial cruel que ha tenido el denominado caso “Blanquerna”, en donde los 14 asaltantes han sufrido un completo calvario en sus vidas, con un errático proceso penal que ha durado 7 años, de 2013 a 2020 y donde finalmente, a pesar de la sentencia revocatoria del Tribunal Constitucional, el Tribunal Supremo de España les ha impuesto por partida doble penas de cárcel, mientras que conozco casos donde a instancias de la Fiscalía se han aplicado todos los atenuantes posibles a “los antifas” para que no tengan que pisar la cárcel; por ejemplo, el relativo al mencionado asalto al Bar “El Rincón de la Legión” en Madrid en el 2013, donde ahí sí que hubo lesionados graves entre los atacados a diferencia de lo de Blanquerna.

Es preocupante ver cómo el Ministerio Público de la Fiscalía General del Estado actúa más bien en ocasiones como abogado defensor de los violentos de izquierdas. Yo lo he vivido en primera persona y puedo dar fe.   

Volviendo al estudio publicado de Don Víctor M. Pérez Velasco, acabaremos aportando algunas medidas suyas correctoras del problema de la violencia izquierdista en las calles con las que estoy completamente de acuerdo, y otras son de mi propia cosecha, a saber:

  • Cese inmediato del adoctrinamiento y la incitación al odio entre nuestra Población contra el Catolicismo y España en Colegios, Universidades y Medios de Comunicación.
  • Posicionamiento claro de los grandes Medios de Comunicación en la información veraz y denuncia de esta gravísima violencia, venga de donde venga.
  • Compromiso de la Justicia, en especial de la Fiscalía, en la persecución de estos delitos, y añado que se cree en España una Fiscalía contra la Violencia Política Selectiva.
  • Elaboración de estadísticas policiales que analicen convenientemente esta violencia política de la Izquierda.
  • Un Observatorio de la violencia política selectiva nacida de la Izquierda y del Independentismo que padecemos en España.
  • Una Cátedra en cada Facultad de Ciencias Políticas que aborde este asunto de la forma conveniente.
  • Una “Mesa de la Verdad” que permita esclarece aquellos delitos de la violencia política selectiva que permanecen impunes y en particular los 400 asesinatos de ETA sin conocerse su autoría.
  • Desmantelamiento de la meta-estructura de la violencia política selectiva en España.

Debemos tomar conciencia de esta situación y acabar entre todos con esta violencia política selectiva porque es cuestión de supervivencia y de estabilidad para España y el Mundo Desarrollado.

Si la Violencia de la Izquierda se acaba de generalizar e institucionalizar de forma definitiva, estaremos en la antesala de una Dictadura de nuevo cuño donde quedarán cercenados nuestros derechos y libertades públicas más fundamentales.

Guillermo Rocafort

Escritor y Analista Internacional

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