¿Qué falla en nuestro sistema energético?

Para analizar qué es lo que sucede en el sistema energético de nuestro país debemos partir de una premisa clara a la par que dura. Y es que los tiempos de la energía barata y abundante se han ido para, posiblemente, no volver en mucho tiempo.

España tiene 3 problemas fundamentales en este sentido: la dependencia energética del exterior, la excesiva carga burocrática y el encarecimiento de la energía eléctrica.

Al respecto de este último punto, es inevitable hacerse una pregunta: ¿Por qué es cara si España era un país donde la electricidad era tradicionalmente barata (estábamos en la media-baja de la UE)?

El precio de la electricidad en España es la 3ª más cara de Europa, solo superado por Chipre e Irlanda. 2 islas, donde por cuestiones geográficas y logísticas, el precio de la electricidad siempre estará más encarecido que en regiones peninsulares.

La respuesta es aparentemente sencilla. La electricidad es cara porque se han tomado decisiones políticas que han ido cargando el procedimiento de costes que el sistema no tiene porque asumir.

En 2004 la deuda del sector eléctrico era de 1.500 millones de euros. A día de hoy, supera los 30.000, es decir, un 3% del PIB español.

El Gobierno de Zapatero no fue capaz de hacer frente al déficit tarifario, a pesar de que subió la factura de la luz casi un 70% entre 2005 y 2012. Y es que desde 2006 solo ha bajado el precio de la electricidad en 3 ocasiones: octubre de 2012, enero de 2013 y abril de 2013.

Muchos ven en las renovables la solución a nuestros problemas. Puede que sea así en parte, pero se ha de actuar con cabeza y responsabilidad.

Invertimos un 1% de nuestro PIB en energías renovables. Alemania invierte un 0,5%, Francia un 0,2% y Suecia un 0,1%. ¿Somos menos ecológicos que ellos?

 

Lo que no tiene sentido es que el 75% de la energía fotovoltaica en España que se haya instalado en los años 2007 y 2008 cuando la implantación de un megavatio costaba 7 millones de €. Ahora cuesta 1 millón.

El resultado es que tenemos que seguir pagando las placas fotovoltaicas durante 25 años.

¿Es lógico que nuestro país albergue el 73% de las plantas termosolares del mundo y, sin embargo, no seamos capaces de apostar por la energía nuclear?

Como siempre, la clave para solucionar los problemas del sistema energético español está en la sensatez. Una sensatez que nos lleva a concluir que España necesita un mix energético equilibrado que cuente con todas las fuentes de energía existentes. De forma sensata, rigurosa y valiente.

Veremos si la reciente reforma energética del Gobierno de Mariano Rajoy da respuesta a los problemas del sector. De momento, parece un buen comienzo.

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